De la Brevedad de la vida
Lucio Anneo Séneca, hijo de un rico provincial de la clase
de los caballeros (equites), nació en Córdoba en torno al
año 1 d.C. Pronto marchó a Roma donde recibió una buena
formación con los mejores maestros, oradores, juristas y
filósofos. Ejerció la abogacía, destacando por sus dotes de
orador. Sufrió las represalias de Claudioy Mesalina, que lo
mantienen desterrado en la isla de Córcega durante ocho
años, hasta que Agripina, la nueva esposa del emperador, lo
hace regresar y le encarga la educación de su hijo, que más
tarde, con el nombre de Nerón, alcanza el poder. Durante
el mandato de éste, Séneca controla la política romana
intentando dar juego al Senado y repartiendo cargos entre
gente fiel a sus proyectos.Poco a poco, Nerón se emancipa
de las influencias de la madre (a la que hace asesinar) y del
viejo maestro, al que, tras haber sido revelado su nombre
como participante de un complot político, se le envía la orden
de suicidarse. La muerte se muestra esquiva al condenado
y sólo llega después abrirse las venas de brazos y piernas,
tomar la cicuta y sofocarse con los humos de unos baños (65d.C.). Séneca compuso tragedias (a imitación de los clásicos
atenienses), tratados filosóficos (algunos de ellos llamados
Diálogos en recuerdo de Platón), Consolaciones, y las Epístolas
morales a Lucilio, sin duda, su obra más conocida.
[el autor]
«¿Qué va a pasar?» -escribe Séneca-, «tú no tienes tiempo
para nada y la vida corre; entretanto llega la muerte y para
ella, quieras o noquieras, vas a tener todo el tiempo del
mundo». Estas palabras dan una idea de la intensidad y de
la desgarradora sinceridad con la que se expresa el filósofo
cordobés en Sobre la brevedad de la vida. Compuesto en
torno al año 55, este tratado constituye uno de los textos
más sobrecogedoramente honestos escritos nunca sobre el
paso del tiempo, sobre la muerte y, por extensión, sobre la
vida. Apesar de que los hombres no paran de quejarse de la
brevedad de la vida, el tiempo del que disponen es bastante
si se sabe aprovechar. Desperdiciamos el tiempo y no lo
consideramos el bien mayor y único. La solución que propone
Séneca no pasa por la hiperactividad ni por la holganza, sino
por una serena aceptación de la propia mortalidad que nos
permita administrar positivamente el espacioclausurado de
[la obra]
la propia existencia. La voz del viejo sabio, volcada aquí en
una nueva e impecable traducción realizada por Francisco
Socas, traspasa, rotunda, épocas y siglos: «Todas las cosas
venideras quedan en la incertidumbre: vive de inmediato».
Colección Una Galería de Lecturas Pendientes
Dirección y coordinación editorial: Jesús Jiménez Pelayo
Edita: JUNTA DEANDALUCÍA. Consejería de Cultura
© 2010 JUNTA DE ANDALUCÍA, Consejería de Cultura
© de la traducción, notas y posfacio: Francisco Socas Gavilán
Maquetación y diseño: Carmen Piñar
ISBN: 978-84-9959-007-3
D.L. : GR-701-2010
Ilustración de cubierta: José de Ribera. Prometeo (1630 ca.)
Colección particular.
índice
I. EXORDIO
9
II. LA HUMANA LOCURA
11
III. ECHANDO CUENTAS
13IV. TRES EJEMPLOS. AUGUSTO
15
V. CICERÓN
17
VI. LIVIO DRUSO
19
VII. EL ARTE DE VIVIR
21
VIII. EL DESPRECIO DEL BIEN MÁS PRECIADO
25
IX. VIVIR EL PRESENTE
27
X. RECUERDOS Y ESPERANZAS
29
XI. AL ENCUENTRO DE LA MUERTE
31
XII. OCUPADOS Y DESOCUPADOS
33
XIII. EL OCIO DE LOS HOMBRES DE LETRAS
37
XIV. DEDICA TU OCIO A CONVERSAR CON LOS SABIOSDEL PASADO
41
XV. LOS SABIOS ALARGAN Y ENRIQUECEN TU VIDA
43
XVI. EL ABURRIMIENTO DEL RICO
45
XVII. LA FRUSTRACIÓN DEL PODEROSO
47
XVIII. INCOMODIDADES Y RIESGOS DE UN CARGO
49
XIX. INVITACIÓN A UN OCIO DIGNO
51
XX. JUBILARSE A TIEMPO
53
NOTAS
55
POSFACIO
SÉNECA Y LA ADMINISTRACIÓN DE NUESTRA MORTALIDAD
65
Francisco Socas
7
Ganímedes...
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