De la democracia y el tocar fondo

DE LA DEMOCRACIA Y EL TOCAR FONDO

A veces me siento como imagino que podría sentirse un tipo dentro de un ascensor en caída libre. El estómago en la garganta y la sensación de falta de peso, al menos hasta dejar atrás el primer piso. Hasta ese momento uno puede creer que nada malo va a pasar y que los frenos van a funcionar a tiempo, así que puede decirse a sí mismo: “La situación todavía noes tan grave, tengamos fe”. Y se lo puede repetir una y otra vez, inútilmente y hasta que llegue el instante final.

Cada vez que me siento así es porque no puedo dejar de preocuparme por lo que nos está pasando a todos los que estamos dentro del mismo ascensor, dentro de este país que tiempo atrás fue reconocido en el resto del mundo tanto por su riqueza como por la educación y la cultura de sugente, como si hubiera sido un ascensor que subía.

Hoy siento que estamos en caída libre y que el ascensor cuyos cables se cortaron está lleno de gente que sólo dice: “La situación todavía no es tan grave”.

Pienso que nuestra forma de gobierno debería tener algún seguro más acorde con los tiempos y con los riesgos que nos toca vivir. Creo que es algo ingenuo suponer que es posible esperarcuatro años para cambiar la dirección mientras en ese lapso puede sobrevenir la destrucción de la República. Nuestra Constitución no contempla la posibilidad de cambiar de timonel porque se cometan errores graves en la conducción, o al menos no provee mecanismos adecuadamente ágiles y capaces de prevenir semejantes daños.

Se nos ha creado un hábito de democracia, a tal punto que nos hemoscondicionado a creer que la que tenemos es indiscutiblemente buena, sin atrevernos a darnos margen para revisar la idea y eventualmente plantear una alternativa de mejor calidad. Si uno se preguntara por ejemplo. “¿Esta democracia es buena?”, automáticamente sería muy mal visto. Nadie consideraría la validez de la pregunta y todo el mundo pensaría que el planteo es absurdo, esencialmente porque laspersonas tienden a desarrollar creencias y a mantenerlas sin revisión alguna. Lo más avanzado que escuché decir alguna vez sobre esta cuestión es el haber reconocido que el actual sistema no es perfecto al mismo tiempo que el haberse resignado a aceptar que es el mejor posible.

Sobre ese último punto es que tengo mis dudas. ¿Será realmente el mejor posible? ¿O será solamente que no se nos ocurrióuna alternativa diferente? ¿Los medios de comunicación actuales no permitirían una posibilidad nueva, que nunca antes se hubiese considerado?

La gente se acostumbra a las creencias, sin detenerse mucho a considerar la posibilidad de que sean verdades o falsedades y tal mecanismo es aprovechado no sólo por los sacerdotes, quienes cuentan con una enorme práctica, sino también por los políticos.El gran riesgo para la sociedad está en que algunas falsedades pueden llegar a aceptarse como si fueran axiomas. Tuvieron que pasar casi dos mil años para que Galileo se atreviera a dudar de la sabiduría antigua y se decidiera a revisarla. También es bueno recordar que su buen criterio no supo ser aprovechado por la Iglesia, que siguió tratando de mantener las creencias tradicionales.

Enel tren de revisar algunas nociones me pregunto si la estabilidad democrática tiene más valor que la propia existencia de la República. Es decir, ¿debemos preferir la pérdida de la República antes que tratar de mejorar nuestro sistema democrático? ¿Hasta qué punto es razonable arriesgar la vida de la República para sostener el actual sistema cuando el mismo no cuenta con mecanismos adecuados quepermitan preservar el bien fundamental? ¿Debemos mantener este mismo sistema, sin cambios de ningún tipo, aunque ello signifique la destrucción de la República y la pérdida de varias generaciones? ¿Qué es lo que en esencia tratamos de preservar?

Aunque lo que voy a decir es algo completamente subjetivo es posible que los valores que tratamos de preservar sean la integridad, el futuro, la...