De la fuerza de imaginacion
De la fuerza de imaginación
Miguel de Montaigne
Fortis imaginatio generat casum, dicen las gentes disertas. Yo soy de aquellos a quienes, la imaginación avasalla: todos ante su impulso se tambalean, más algunos dan en tierra. La impresión de mi fantasía me afecta, y pongo todo esmero y cuidado en huirla, por carecer de fuerzas para resistir su influjo. De buen grado pasaríami vida rodeado sólo de gentes sanas y alegres, pues la vista de las angustias del prójimo angustíame materialmente, y con frecuencia usurpo las sensaciones de un tercero. El oír una tos continuada irrita mis pulmones y mi garganta; peor de mi grado visito a los enfermos cuya salud deseo, que aquellos cuyo estado no me interesa tanto: en fin, yo me apodero del mal que veo y lo guardo dentro de mí.No me parece maravilla que la sola imaginación produzca las fiebres y la muerte de los que no saben contenerla. Hallándome en una ocasión en Tolosa encasa de un viejo pulmoníaco, de abundante fortuna, el médico que le asistía, Simón Thomas, facultativo acreditado, trataba con el enfermo de los medios que podían ponerse en práctica para curarle y le propuso darme ocasión para que yo gustasede su compañía; que fijara sus ojos en la frescura de mi semblante y su pensamiento en el vigor y alegría en que mi adolescencia rebosaba, y que llenase todos sus sentidos de tan floreciente estado; así decía el médico al enfermo que su situación podría cambiar, pero olvidábase de añadir que el mal podría comunicarse a mi persona. Galo Vibio aplicó tan bien su alma a la comprensión de la esencia yvariaciones de la locura que perdió el juicio; de tal suerte que fue imposible volverle a la razón. Pudo, pues, vanagloriarse de haber llegado a la demencia por un exceso de juicio. Hay algunos condenados a muerte en quienes el horror hace inútil la tarea del verdugo; y muchos se han visto también que al descubrirles los ojos para leerles la gracia murieron en el cadalso por no poder soportar la impresión.Sudamos, temblamos, palidecemos y enrojecemos ante las sacudidas de nuestra imaginación, y tendidos sobre blanda pluma sentimos nuestro cuerpo agitado por sí mismo algunas veces hasta morir; la hirviente juventud arde con ímpetu tal, que satisface en sueños sus amorosos deseos:
Ut, quasi transactis saepe, omnibu, rebu, profundant
fluminis ingentes fluctus, vestemque cruentent.
Aunque no seacosa desusada ver que le salen cuernos por la noche a quien al acostarse no los tenía, el sucedido de Cipo, rey de Italia, es por demás memorable. Había éste asistido el día anterior con interés grande, a una lucha de toros, y toda la noche soñó que tenía cuernos en la cabeza; y efectivamente, el calor de su fantasía hizo que le salieran. La pasión comunicó al hijo de Creso la palabra, de que la naturalezalo había privado. Antíoco tuvo recias calenturas a causa de la belleza de Stratonice, cuya hermosura habíase sellado profundamente en su alma. Refiere Plinio haber visto cambiarse a Lucio Cosicio de hombre en mujer el mismo día de sus bodas. Pontano y otros autores, cuentan análogas metamorfosis ocurridas en Italia en los siglos últimos. Y por vehemente deseo, propio y de su madre,
Vota puersolvit, quae femina voverat, Iphis.
En el Vitry, francés vi a un sujeto a quien el obispo de Soissons había confirmado con el nombre de Germán; todas las personas de la localidad le conocieron como mujer hasta la edad de veintidós años, y le llamaban María. Era, cuando yo le conocí, viejo, bien barbado y soltero, y contaba que, habiendo hecho un esfuerzo al saltar, aparecieron susmiembros viriles. Aun hoy hay costumbre entre las muchachas del Vitry de cantar unos versos que advierten el peligro de dar grandes brincos, que podría exponerlas a verse en la situación de María-Germán. No es maravilla encontrar con frecuencia el accidente referido, pues si la imaginación ofrece poder en cosas tales, está además tan de continuo y tan fuertemente identificada con ellas, que para...
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