De la juventud al acto de "jovenear"

DE LA JUVENTUD AL ACTO DE “JOVENEAR”

Cuando se piensa en la juventud como base para el desarrollo social devienen muchas ideas de lo que esa sentencia pudiere significar: Desde la obvia consideración de que en la juventud está la posibilidad inmanente de lo novedoso y lo fresco hasta la premisa de que la evolución y el progreso de la humanidad están, en gran medida, en los jóvenes. Sinembargo, no está de más preguntarse de qué depende que efectivamente sean ellos quienes marquen la pauta para un futuro promisorio porque indudablemente se requiere de ejemplos y de guías claros que sirvan como modelos a seguir, transformar o eliminar.
Si hay algo muy rescatable en la posmodernidad es la posibilidad de pensar y actuar sin estar atado a normas y leyes estrictas que coarten alindividuo su capacidad natural de discernir, de reflexionar, de actuar. Si bien es cierto que esta misma época ha marcado serias diferencias entre los estratos y los grupos sociales, también es indudable que nunca antes el ser humano había experimentado la libertad de pensar y expresarse como quiera, es decir de rescatar y manifestar sus posibilidades naturales de ser persona[1].
Mirando lahistoria del hombre y la mujer occidentales, siempre se ha dado una tendencia a ubicarlos como parte de un engranaje (llamado sociedad) que debe responder a cierto tipo de principios. El ciudadano de la polis griega, por ejemplo, servía a su ciudad de igual manera que el ciudadano romano; no quiere decir que el ciudadano actual no deba respetar y enaltecer su ciudad, pero en aquellas épocas elpensamiento y las acciones eran maniatados y controlados con el fin de mantener el equilibrio social. En el Medioevo, no sólo eran vigilados sino que las prohibiciones se acentuaron de una forma inusitada, aplicando castigos completamente inhumanos a aquellos que contravinieran las normas. El Renacimiento reconoció en el individuo sus características humanas esenciales, dándole un nuevo posicionamiento peroaún así se imponían conocimientos y verdades como si fueran las únicas. En ese ámbito se configura la Modernidad, época donde el ser humano se consolidó como parte de una estructura que debía responder a las necesidades de ésta sin importar nada más que el orden del hecho social. Según Claudia Piedrahita[2], Foucault caracterizaba a las sociedades disciplinarias como “espacios sociales donde laspersonas están obligadas a ingresar e impedidas a salir por cierto tiempo y fundamentalmente se pretende disciplinarlas para que sean útiles al sistema”. Así, la razón de ser de la persona sólo adquiría sentido en tanto respondiera a las disposiciones sociales estipuladas, sin importar los deseos, los sueños, los pensamientos que en ella ocurrieran. Sólo hasta ahora se ha prestado real importanciaa lo único que es verdaderamente natural en la persona: Sus subjetividades.
Sin querer entrar en una defensa absoluta (y sí más bien inútil) del devenir social actual, nuestro presente se diferencia radicalmente de cualquier otra época en la historia conocida (al menos en occidente) precisamente porque aquello que caracteriza la naturaleza del ser humano (lo subjetivo) antes era visto comouna serie de manifestaciones carentes de tener la capacidad de producir conocimiento científico. De hecho, en el Medioevo cualquier manifestación de deseos, sensaciones, impulsos, etc. podía llegar a ser juzgada como un acto de herejía. Ni siquiera era permitido reírse.
La historia ha demostrado que el conocimiento científico y el devenir social ocurren simultáneamente, es decir que lo uno no vaseparado de lo otro. Es en este punto donde adquiere importancia la reflexión del presente escrito. Lo que el ser humano haga en sociedad, su manera de vivir y de actuar en comunidad ha dependido insoslayablemente del conocimiento científico producido, lo cual hace suponer que un conocimiento muy bien fundamentado en forma y sentido, puede llegar a concebir una sociedad organizada y productiva...