De la oscuridad a la Luz
Desde la oscuridad,
hacia la luz
EL PASO DE UN SUEÑO
Ayúdame a salir de esta prisión de oscuridad
creada por las sombras de mi ego.
Despiértame de este sueño de miedo
en que culpa, reproche y ataque
acechan tras las sombrías puertas.
Ayúdame a ver el mundo de otra forma
sin valorar el reproche
ni las condenas
Ayúdame a experimentar el Amor
como mi única realidad.Ayúdame a no cruzar más
que los puentes del perdón
para que así pueda avanzar
desde la oscuridad
hacia la Luz.
No hace mucho, un libro que tratara sobre la lucha que una
persona mantenía con Dios, hubiera sido la última cosa que
habría deseado leer. La idea de que yo pudiera llegar a escribir
un libro de esa índole, me habría parecido ridícula. Dios era
una palabra negativa para mí.Además, ¿cómo podría alguien
pelear con Dios, si yo estaba convencido de que no existía nada
que se pudiera llamar así?
Ahora, con 63 años, me doy cuenta de que sin haber sido
consciente de ello, había pasado la mayor parte de mi vida luchando con Dios. Esto puede sonar raro viniendo de una persona que se autodenominaba orgullosamente atea… es más,
atea militante, algo que hacía de formabastante frecuente.
Estaba seguro de que alguien que creyera en Dios era intelectualmente débil, que no estaba sintonizado con el mundo
“real”. Mi esnobismo se basaba en una multitud de pensamientos retorcidos. Si alguien intentaba entablar conmigo una
conversación sobre Dios, le daba simplemente la espalda. Eso
no tenía nada que ver conmigo.
Y, sin embargo, no toda mi vida había sido de ese modo.Puedo recordar momentos en que las cosas fueron diferentes.
Momentos en que me parecía que Dios estaba realmente a mi
alcance.
Cuando tenía unos 4 años, un día estaba jugando solo en el
patio de atrás del piso en que vivíamos. El recuerdo sigue siendo nítido como el cristal. Fue uno de los momentos más felices
de mi niñez. Me di cuenta de que estaba hablando con las flores y con lasmariposas. Y ellas me respondían. Tuvimos largas
charlas. Recuerdo que sentía un amor sin límites por su parte,
y recuerdo asimismo lo abierto que se sentía mi corazón cuando les devolvía mi amor.
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DESDE LA OSCURIDAD, HACIA LA LUZ
De pequeño, también solía charlar con el cielo, con las nubes y con Dios. La alegría que experimentaba durante esos
momentos era como música celestial. Sentía queéramos todos
uno y todo me parecía maravilloso y permanente.
Siempre que estos recuerdos trataban de aflorar en mi vida
adulta, hacía todo lo posible para rechazarlos. Me mantenía en
mi militancia atea, sosteniendo la creencia de que las personas
que eran religiosas, las personas que recorrían un sendero espiritual, las personas en suma que creían en Dios, eran únicamente víctimas de suspropios miedos. Para mí, la afirmación
de la Primera Guerra Mundial de que “no había ateos en las
trincheras”, confirmaba la idea de que las personas sólo creían
verdaderamente en Dios cuando las asustaba la idea de la
muerte.
Yo creía que cuando se tiene miedo, no se usa la cabeza. El
miedo nos hacía intelectualmente débiles. Estaba convencido
de que no existía una definición satisfactoria deDios para una
persona como yo, consciente y viva intelectualmente. No se me
pasaba ni un instante por la imaginación que podía ser yo el
que realmente tenía miedo.
De niño creía que había un Dios sobrehumano y externo a
mí que vivía en el cielo. Me lo imaginaba como un viejo con
una túnica blanca, una larga barba blanca y cejas muy tupidas.
Pensaba que si hacía lo que Dios quería quehiciera, sería recompensado. Pero si iba contra Dios, sería castigado severamente. Creía en un Dios aterrador, vengativo e inmisericorde.
Sólo recientemente me he dado cuenta de que soy responsable de los pensamientos que coloco en mi mente y que puedo
elegir unos u otros. Sé que sólo mis pensamientos pueden aprisionarme, y que sólo mis pensamientos pueden asimismo liberarme. Nunca se me había...
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