De los ídolos al Dios de Jesús




De las falsas imágenes de Dios al Dios de Jesús



Desde el comienzo de la jornada de hoy hemos estado trabajando sobre nosotros mismos repasando nuestra historia personal, nuestras prioridades, nuestras dificultades , nuestras inquietudes que si bien pueden ser universales la forma de experimentarlas es muy particular; de hecho, está en función del “filtro” con el cual abordamos lavida. El principal filtro que empleamos para comprendernos y comprender al mundo que nos rodea, para expresarnos, para defendernos, para hacer frente al pasado y anticiparnos al futuro, para aprender, para disfrutar y para enamorarnos somos nosotros mismos, nuestra personalidad.
Todo lo que nos pasa desde el momento de nuestra gestación hasta alrededor de los 7 años y nos hiere o lastima quedagrabado en nuestro inconsciente afectando nuestra vida posterior.
La parte vulnerada provoca desánimo, hace que nos sintamos como en abandono, con angustia, con ansiedad, deprimidos, sin impulsos. Y cuando estas manifestaciones se presentan, se instalan y se imponen, no es fácil escapar de ellas. Ya desde el seno materno pueden comenzar a gestarse esos dolores, esos estímulos negativos y tambiénpositivos que marcarán nuestra existencia.
Lo que más golpea el corazón infantil es que se le niegue su necesidad fundamental de ser amado con un amor incondicional, es decir, no condicionado a ningún “si”… Ese derecho puede ser aplastado de varias formas: un embarazo no deseado; sentirse decepcionados por el sexo de quien nace…; cuando no se apuesta por esa personita que está ya dando sus primerospasos porque se le cortan las alas ante cualquier iniciativa; cuando se vive en zozobra; cuando no recibe la niña o el niño el tacto adecuado; más aún, cuando se erotizan las caricias; todavía peor cuando se reciben castigo y golpes corporales. También se rompe el corazón y se hiere al experimentar las peleas entre de los padres, las preferencias por otros hermanos, las comparaciones.
Estasrealidades se nos salen y quienes nos rodean se dan cuenta. Son síntomas de esa herida: nuestras reacciones desproporcionadas, el sentimiento de culpa malsana, la baja estima personal, las voces negativas que nos repetimos, los “deberías” que nos atormenta y, en general, todo un patrón de conducta negativo. La experiencia del amor “condicionado" provoca miedos de diversa índole que queremos acallarpor medio de acciones inconscientes mecánicas: las compulsiones.
Desde la infancia cada uno de nosotros hemos desarrollado una cualidad más que otras, ya sea para que nos admiren, o para que nos valoren y nos quieran.
Con frecuencia esa cualidad la hemos desarrollado tanto que actúa en nosotros como una fuerza compulsiva.
Un amor en exceso no es amor incondicional, esto puede generarsensación de estar en condición de sobre protección precisamente porque no tendríamos la capacidad de hacer las cosas por propia iniciativa. Esto finalmente castra a la persona y la inutiliza.




Las compulsiones son actos repetitivos con los que se intenta escapar de los miedos,
desestabilizan a quien las tiene y desesperan a quienes están cerca. Y esto no se queda aquí, en el ámbito espirituallas compulsiones distorsionan la imagen de Dios.
Las compulsiones se proyectan y generan los fetiches (Objeto al que se atribuye la capacidad de dar buena suerte al que lo lleva) de Dios. Llevados por los fetiches, a menudo, no adoramos al Dios que Jesús nos fue mostrando, sino a imágenes distorsionadas, a dioses con minúscula, que siempre nos atormentan y ahogan.
Los fetiches impiden teneruna relación cara a cara con el Dios que reveló Jesús. Por esto, es necesario desenmascararlos, pues los fetiches, por principio, no se presentan descaradamente, sino encubiertos, camuflados, con una gran armadura de supuesta veracidad.



Una compulsión es ser perfeccionista para evitar ser condenados, aunque al final, de todas maneras, recibes una condena porque alguien perfeccionista y...