De los delitos

Los delitos, las penas y las cárceles
Hablando de hacinamiento, el penal de máxima y mediana seguridad de Popayán también es protagonista en este tema que está a punto de explotar en nuestro país.En Colombia la controversia en torno a los delitos, las penas y el hacinamiento en las cárceles, se alimenta por la ocurrencia de este o aquel hecho criminal que emocionalmente atiza los ánimos,acallando análisis y reflexiones que tienen rigor científico, son serenos, sensatos y objetivos, sobre asuntos que forman parte de la política criminal del Estado. En cada coyuntura aflora la emoción y lasposiciones que tienen más eco en la opinión pública son, en general, planas, superficiales, muchas alimentadas por un propósito electorero que busca captar votos.
Lo que sigue, recurrentemente en eltiempo, es que poco después de ocurrido el crimen, todo se cubre con el manto del olvido hasta cuando se conoce de la ocurrencia de otro delito que vuelve a hacer hervir los ánimos y la polémicaaflora nuevamente.
A lo anterior hay que agregar algo más: las necesidades de la política criminal del Estado marchan en un sentido opuesto a lo que reclaman las emociones puestas de presente cada vezque ocurre un delito que es publicitado.
En los últimos tiempos otro elemento ha entrado en escena, complicando aún más las cosas: cada vez que la comisión de un delito sacude las fibras más sensiblesde la ciudadanía, este o aquel congresista presenta un proyecto de Ley que endurece las penas a imponer a quienes cometan tales crímenes y mientras la opinión pública aplaude, se desvertebra aún másla política criminal del Estado.
¿Por qué? Porque la política criminal del Estado no debe ser el resultado de reacciones emocionales frente a situaciones coyunturales, sino que debe tener vocación depermanencia y debe sustentarse en valores fundamentales que la sociedad ha conquistado en milenarias luchas, consecuencia de serios análisis. Y todo ello es mutilado por Leyes improvisadas.
Así por...