De ni o siempre me gust acompa ar a mi viejo en sus viajes de negocios
De niño siempre me gustó acompañar a mi viejo en sus viajes de negocios; eran viajes a Ica, Trujillo y Tumbes; pero los viajes que más disfrutaba era hacia la Sierra; lasrazones de preferir aquellos viajes eran diversas, por ejemplo, ver a la naturaleza tan calmada y silenciosa vivir en armonía con los seres que allí habitan.
Huancayo, uno de misparaderos favoritos, me resultaba completamente deleitable; tal vez sea porque es la ciudad de mis abuelos, por la amabilidad de la gente o porque me gustaba bañarme en sus ríos.
Unatarde, en época de fiestas del pueblo, observé como los campesinos realizaban el pago a la tierra; luego apareció mi abuelo, con su inteligencia cristalizada, y me explicó todo; fuedesde ese momento que tuve un indicio sobre la naturaleza, ya que, solo era un niño.
Las cosas cambian para peor, me decía mi abuelo y creo que tuvo razón. El año pasado he viajado aaquel pueblo de Huancayo y las cosas cambiaron; pareciese que aquellos ancianos que vi en mi niñez cuando fallecieron se llevaron consigo el amor y respeto por la naturaleza.
Aquellavez fui a ver el río, que ya no era tan hermoso como antes, y lo observe como un depósito de basura, también envolturas de detergentes, las aguas turbias y sin peces; en otraspalabras, aquel río majestuoso había muerto.
Tal vez piensen que solo critico y no me doy cuenta que en aquel pueblo no hay desagüe ni lugar donde depositar la basura; lo más probable esque tengan razón .Fue por eso que decidí postular a Ingeniería Ambiental, tengo la esperanza de que al menos se pueda mantener o revertir los daños que nosotros hemos hecho a lanaturaleza; y poder convivir con ella como me lo decía mi sabio abuelo.
Huaman Condori Aldair Raúl
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