De noche soy tu caballo
Entró bien rápido y echó los cerrojos antes de abrazarme. Una actitud muy de él, él elprudente, el que antes que nada cuidaba su retaguardia -la nuestra-. Después me tomó en sus brazos sin decir una palabra, sin siquiera apretarme demasiado pero dejando que toda la emoción del reencuentro se le desbordara, diciéndome tantas cosas con el simple hecho de tenerme apretada entre sus brazos y de irme besando lentamente. Creo que nunca les había tenido demasiada confianza a las palabras yallí estaba tan silencioso como siempre, transmitiéndome cosas en formas de caricias.
Y por fin un respiro, un apartarnos algo para mirarnos de cuerpo entero y no ojo contra ojo, desdoblados. Y pude decirle Hola casi sin sorpresa a pesar de todos esos meses sin saber nada de él, y pude decirle: te hacía peleando en el norte, te hacía preso, te hacía en la clandestinidad, te hacía torturado y muerto,te hacía teorizando revolución en otro país.
Una forma como cualquiera de decirle que lo hacía, que no había dejado de pensar en él ni me había sentido traicionada. Y él, tan endemoniadamente precavido siempre, tan señor de sus actos:
-Callate, chiquita ¿de qué sirve saber en qué anduve? Ni siquiera te conviene.
Sacó entonces a relucir sus tesoros, unos quizás indicios que yo no supeinterpretar en ese momento. A saber, una botella de cachaça y un disco de Gal Costa. ¿Qué habría estado haciendo en Brasil? ¿Cuáles serían los próximos proyectos? ¿Qué lo habría traído de vuelta a jugarse la vida sabiendo que lo estaban buscando? Después dejé de interrogarme (callate, chiquita, me diría él). Vení, chiquita, me estaba diciendo, y yo opté por dejarme sumergir en la felicidad de haberlorecuperado, tratando de no inquietarme. ¿Qué sería de nosotros mañana, en los días siguientes?
La cachaça es un buen trago, baja y sube y recorre los caminos que debe recorrer y se aloja para dar calor donde más se la espera. Gal Costa canta cálido, con su voz nos envuelve y nos acuna y un poquito bailando y un poquito flotando llegamos a la cama y ya acostados nos seguimos mirando muy adentro,seguimos acariciándonos sin decidirnos tan pronto a abandonarnos a la pura sensación. Seguimos reconociéndonos, reencontrándonos.
Beto, lo miro y le digo y sé que ése no es su verdadero nombre pero es el único que le puedo pronunciar en voz alta. Él contesta:
-Un día lo lograremos, chiquita. Ahora prefiero no hablar.
Mejor. Que no se ponga él a hablar de lo que algún día lograremos y rompa lamaravilla de lo que estamos a punto de lograr ahora, nosotros dos, solitos.
"A noite eu so teu cavallo" canta de golpe Gal Costa desde el tocadiscos.
-De noche soy tu caballo -traduzco despacito. Y como para envolverlo en magias y no dejarlo pensar en lo otro:
-Es un canto de santo, como en la macumba. Una persona en trance dice que es el caballo del espíritu que la posee, es su montura.
-Chiquita,vos siempre metiéndote en esoterismos y brujerías. Sabés muy bien que no se trata de espíritus, que si de noche sos mi caballo es porque yo te monto, así, así, y sólo de eso se trata.
Fue tan lento, profundo, reiterado, tan cargado de afecto que acabamos agotados. Me dormí teniéndolo a él todavía encima.
De noche soy tu caballo...
... campanilla de mierda del teléfono que me fue extrayendo poroleadas de un pozo muy denso. Con gran esfuerzo para despertarme fui a atender pensando que podría ser Beto, claro, que no estaba más a mi lado, claro, siguiendo su inveterada costumbre de escaparse mientras duermo y sin dar su paradero. Para protegerme, dice.
Desde la otra punta del hilo una voz que pensé podría ser la de Andrés -del que llamamos Andrés- empezó a decirme:
-Lo encontraron a...
Regístrate para leer el documento completo.