De todo
La frase, tajante y redonda como un postulado científico, resume en el lenguaje directo del gran escritor español que vivió a caballo entre el siglo XIX y el XX, toda una filosofía de vida. No deja resquicio para introducir la menor de las preguntas: se acepta o se niega.
Y es cosa curiosa que las aseveraciones más absolutas partan, por lo general, de pensadores quepresentaron características liberales. Vale la pena detenernos en esto.
Los ejemplos son innúmeros, pero tomemos algunos.
En fecha tan alejada como los siglos XII-XIII, los “Fraticelli” asolan Europa central y especialmente el norte de Italia, convertidos en hordas de barbáricos fanáticos inicialmente impulsados por la liberalidad de San Francisco de Asís. Savonarola lo mismo, a fuer de liberal y opuestoa toda norma, inspiraba en las multitudes un ansia orgiástica de destrucción de obras de arte y de libros, para llegar hasta lapidar a quienes no participaban de sus furias sagradas.
Pero es en el siglo XV cuando lo que hoy podríamos llamar “liberalismo” se afianza y toma cuerpo, apoyándose en la razón. La razón es concebida entonces como superior a todos los seres y cosas, con un dinamismopropio que conduce a una visión del mundo sin contenidos ni diferencias intrínsecas. Frente a la razón no valen autoridades, alturas ni valores. En nombre de la razón se llegan a concebir irracionalidades que contradicen a la razón en sí y a la simple experiencia vital. Por ejemplo, si un amor no es razonable y razonado, no es amor. Siglos después se alzaría contra tales concepciones elRomanticismo.
Nace el concepto de la individualidad y el nominalismo, al extremo de que se niega toda relación entre los individuos, como si fuese obra artificial y perniciosa. Así, el mundo nominalista pasará a ser algo carente de todo sentido ético y metafísico. La moral sólo recibirá loas en cuanto a su etimología exotérica de “conjunto de costumbres útiles”.
¿Útiles para quién? Desde luego, parael individuo, pues la Sociedad misma -y qué decir del Estado- es causa de todo infortunio.
Con el correr del tiempo, a partir del Cartesianismo, la única realidad concebible será la duda y ésta dará aval a la propia existencia.
Con más voluntad de cientificismo que ciencia verdadera, se concibe al Universo y al Hombre como frutos de la casualidad, pues se forja la paradoja de que la razón, quetodo lo abarca y justifica, es ultérrimamente hija de la sinrazón, como Uranos lo fue del Caos. Pero en la nueva versión de interpretación de este enigma hijo de los Misterios, ya no hay capacidad de profundizar y una angustia subconsciente va a abrir los cauces de la violencia.
En nombre de la libertad se forjan los mitos de los iluministas y la teoría del buen salvaje. Quien no estaba deacuerdo con esto era un retrógrado, y así, no tardarán en rodar las cabezas, coronadas o no, ante el altar de la paz. Unos gritan: “Ahorcaremos al último rey con las tripas del último cura”, y otros escriben: “La religión es el opio de los pueblos”.
Del concepto inmovilista medieval de un universo que se encuentra exclusivamente a la espera del día del juicio final, y cuyos movimientos sonapariencias carentes de un significado que trascienda la mera mecánica de las cosas, se pasa a la antítesis de un universo en febril cambio, sin misterios, visible y tangible en su totalidad y donde todo evoluciona y progresa constantemente. Para los “evolucionistas”, racionalizados por los “darwinistas”, la Naturaleza jamás se detiene ni da saltos; es una simple máquina muy bien aceitada con la sangre desus propias criaturas.
Los científicos actuales, con menos presunciones y más sabiduría, no pueden dejar de asombrarse a la vista de tantos y tantos enigmas como nos muestran los más perfeccionados medios de interpretación de las cosas y de los hechos; pues comprobado está que la Naturaleza guarda en su seno misteriosos relojes que aceleran o detienen el fluir de los acontecimientos, que son...
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