De Todo

Seis años han pasado desde que entramos por primera vez a la secundaria. No teníamos muy en claro como era y lo que significaba; se nos hablaba de reglas, sanciones, materias y que era el inicio deuna nueva etapa en nuestras vidas. En el proceso, nos vimos obligados a dejar de ser niños para pasar a tener otras responsabilidades. La “seño” pasó a ser “profe”, el cuaderno pasó a ser una carpeta,el lápiz pasó a ser una lapicera; las cosas cambiaron y nosotros también. Y aquí estamos ahora, luego de seis largos años, que al final pasaron volando.
Como muchos ya sabrán, este momento producesentimientos encontrados. Por un lado, se encuentra la ansiedad de empezar algo nuevo, por descubrir un mundo diferente y desconocido. Por el otro, la nostalgia de dejar una etapa de la vida atrás.Sólo podemos agradecer a quienes nos acompañaron durante este inolvidable proceso.
Siempre los tuvimos a ellos, los profes, que nos acompañaron todos estos años con su paciencia infinita. En primeraño eran serios, nos producían cierto temor e imponían respeto; en sexto año eran acompañantes con los que compartíamos charlas, experiencias, mates y alguna que otra broma. Fueron como segundos padrespara muchos de nosotros: nos apoyaron, nos enseñaron, nos retaron, nos quisieron. Nunca dejaran de ser “el viejo de…” o “la vieja de…”, pero ellos saben que es con cariño y que siempre los llevaremosen el corazón.
Como olvidarnos de los preceptores, aquellos que nos ayudaban cuando teníamos problemas y nos retaban en los pasillos desde el primer día, hasta el último. Notas dictadas,amonestaciones, llegadas tardes, salidas anticipadas; Siempre nos contuvieron, nos escucharon, intentaron que la secundaria nos resultara un lugar cómodo. Solo podemos darles las gracias por todo lo que hicieron,por estar en las buenas y en las malas, gracias.
No podemos no mencionar a Fermín, la persona que está a cargo de desempeñar unos de los roles más difíciles. Es quien nos marcó los límites a lo...