De Una A Otra Orilla

DE UNA O OTRA ORILLA

La Época de las Aldeas.-
La fiesta de navidad y el año nuevo se acabaron, la cuidad regresó a su aspecto de siempre, la vida en la ciudad volvió a ser la misma.
Pero durante los últimos días de diciembre la ciudad estaba muy bonita, le gente decoró la plaza de luces de muchos colores que iluminaban las viviendas, las tiendas estaban bien decoradas. Los niños teníanmucha alegría en sus ojos.
El corazón de la ciudad estaba lleno de personas y de regalos por todas partes, todos estaban bien vestidos; los conductores de los carros y de los buses también estaban alegres, no hacían tanta bulla, y al conducir observaban la fortuna y belleza de la ciudad.
Eran los 15 últimos días de vacaciones, que se aprovechaban para disfrutar de las distracciones que presentabanen la plaza. El niño regresó a su casa a ver la televisión pero solo encontraba programas de hambre y guerra.
Al niño le gustaba mirar a las personas que pasaban por las calles y mientras lo hacía, en su estomago sentía un fuerte apretón como el de un pulpo, pese al frio le gustaba mirar a sus vecinos que tenían una vida tranquila.
En la Iglesia de San Andrés había un cura que conocía todo loque pasaba en ese lugar habían personas tristes que brillaban con colores tristes. Habían personas pobres, que pedían limosnas, un día una de estas personas gritaba con voz fuerte “La gente se llena de comida mientras otros están enfermos y no tienen que comer”
Un día el niño tuvo que ir a comprar leche en la tienda y allí estaba el pobre que no le gustaba porque cuando pasaban las personas lesinsultaba, Y al pasar por su lado le pidió unas monedas y le dijo que las que tiene son para comprar la leche que le pidió su mamá, y el hombre le respondió que si podía vivir si un día no tomaba leche, y aunque intentó decirle que no eran personas pudientes, el mendigo no escuchó y le persiguió hasta asustarle, el niño corrió y llegó a la casa sin leche y le dijo a su mamá que se había acabado, alo que su madre respondió igual que el pobre, que no importaba que podían pasan sin ella.
Al ponerse a pensar en esa gente, le daba mucha preocupación, y en ese momento llegó el papá del niño y le abrazó fuertemente y le contó lo que le había pasado. El papá riéndose le dijo: mira ese mendigo, mientras hay muchas personas que gastan hay otras que no tienen nada, no hay apoyo entre las personas.Mientras recordaba que su padre le había contado que en África donde vivían había mucha solidaridad, porque se ayudaban entre familias en tiempos de enfermedad y en los de felicidad estaban todos unidos, ahí la soledad no existía porque vivían juntos; pero mientras crecían las aldeas la soledad creció como edificios y entre ellos se construyeron manicomios y casas para laos ancianos.
El papá delniño le contaba que en su época la gente se saludaba y respetaba mucho, y el niño pensaba que el también saludaba, pero al darse cuenta que las demás personas no lo hacía dejó de saludar y mejor dijo: “¡Cada uno en su casa y Dios en la de todos!”.
Llegó el cartero y trajo calendarios para entregar, le brindaron café y no aceptó, porque no lo tomaba en su tiempo de servicio, el cartero preguntópor la señora Durand y el papá no supo que responder porque no eran muy amigos, es decir a la señora no le gustaban los extranjeros, es decir nosotros.

A su padre no le gustaba que este mucho tiempo en la calle, y decía que así es mejor para no tener problemas.
El cartero exclamó que las personas se pueden morir sin que nadie se dé cuenta y mi padre para no responder se que do callado pensandoque si a la anciana no le gustan los extranjeros y más los que no festejan la navidad para que tener amistad con las personas.
El papá del niño nunca dejo de recordar las cosas que hacían en su aldea ni el cariño que se tenían entre los que vivían allí. Ellos eran Musulmanes y no les gustaba contar.
El papá quiso darle una sorpresa y sacó del bolsillo del traje una funda de caramelos, a lo que...