Debate Arquitectura en Colombia-siglo XXI


Foro Universidad Javeriana
DÓNDE ESTAMOS, HACIA DÓNDE VAMOS
Ponencia Arq. Sergio Trujillo Jaramillo
Bogotá, Noviembre de 2008

TITULO:

De la Arquitectura del Lugar como probabilidad de disolver la disyuntiva entre lo local y lo global



1. De las certezas que prevalecen en medio de las dudas: un prólogo a la manera de afirmación de principios
De partida y con el ánimo dealinderar territorios, hemos de afirmar nuestra convicción que el hacer profundo de la arquitectura, entraña una adherencia reflexiva frente a los más significativos problemas de nuestro tiempo, a la manera de un imperativo que como seres humanos y como arquitectos, nos compromete ética, estética y políticamente.
Compartimos por ello la certidumbre, iluminada entre nosotros por maestros y amigosentrañables, que los verdaderos arquitectos no son simples profesionales que eligen ganarse la vida de una peculiar manera, sino aquellos pocos quienes conciben su trabajo como una emoción deliberada y consciente del mundo.
Un país como Colombia, relativamente ajeno a los vaivenes del acontecer internacional en razón a la recelosa desconfianza que le ha sido habitual frente a lo ajeno o lodiferente, si bien se rezagó de interesantes episodios culturales en el pasado, también le permitió filtrar con mayor cautela una multitud caótica de modas e influencias, casi todas de incierto valor y muy dudosa pertinencia, aislamiento que le permitió consolidar una tradición arquitectónica significativa, relativamente coherente y reconocida internacionalmente, hoy sometida a los riesgos de ladiscontinuidad y la fractura.
Enfrentados hoy a una nueva oleada globalizadora, se hace necesario reiterar la vigencia de muchos principios esenciales, tales como la necesidad de buscar y preservar el sentido de la escala y de conjunto, como precepto que prevalece sobre la soledad objetual de la pieza arquitectónica, peregrina apuesta que conforma el núcleo propositivo difundido hoy por nuevas ypresuntas vanguardias.
Como natural consecuencia de insistir en la importancia de una mirada integradora de la realidad, hemos de mantener a buen resguardo aquellos atributos arquitectónicos emanados de la serenidad, la economía material y la permanencia en el tiempo, valores atemporales que son singularizados por la inocultable circunstancia de vivir y trabajar en economías de escasez, culturas enformación, países en obra negra como resultan ser, nos guste o no, los nuestros en América Latina.
Principios que se reafirman en la necesaria y saludable reconciliación entre arquitectura y ciudad , entre el edificio y la potencia misma de nuestra geografía, desafíos que incitan a una mirada cada vez más cualificada del espacio vacío, de lo público y de los espacios de tensión entre lasarquitecturas y menos hacia la valoración de piezas arquitectónicas aisladas, opción que además de reiterar el ocaso de los discursos globales, nos enfrenta al reto de restablecer los lazos profundos con un sin número de contingencias locales, nutridas en antológicas y fecundas diversidades.

Estamos convencidos que una observación desprejuiciada de nuestras necesidades reales, aunada a un recuentosensato de las disponibilidades materiales, han demandado de nosotros la paulatina formulación de patrones de gusto y juicio estético no sólo muy peculiares, sino claramente diferenciados a los desplegados en sociedades signadas por la abundancia y el consumismo, en las cuales las expectativas y los acelerados tiempos de obsolescencia de la arquitectura, asignan un valor desmesurado a la imagen,asumida como un valor más sujeto al ciclo del consumo y como tal, una puesta en escena provisional y extremadamente cambiante.
Dicho en pocas palabras, los patrones de valoración para definir lo que suele llamarse buena arquitectura, son en América Latina muy diferenciados a los expandidos de manera unilateral por los agentes emisores de modas e imágenes, ya que las realidades de toda índole...