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DEBATE HISTÓRICO

I.E.S Nº 28 Olga Cossettini
Profesorado en Historia
Cátedra: Teoría E Historia De La Historiografía
Prof.: María Luisa Mugica

DEBATE HISTÓRICO.
Refutaciones a las
Comprobaciones históricas
sobre la Historia de Belgrano
Vicente Fidel López
Tomo II

Buenos Aires
Editorial La Facultad
1916

Tipeo y revisión a cargo de Alejandra Pistacchi

204VICENTE FIDEL LÓPEZ

mérito no merece tenerse en cuenta; y podríamos agregar
también que mucho menos mérito hay en repetir y perifrasear la
originalidad ajena. Un archivista y un historiador deben tener
buena memoria para no sentenciarse así mismos: o por lo menos,
para no negar a los demás los méritos que, quizás con menos
título, han reclamado en voz alta para sí.
Pero es que en el trozo quehemos citado, hay algo muy
grave que no podemos dejar pasar, para que el lector imparcial
vea y juzgue con cuanta razón invocamos a veces el buen origen y
la respetabilidad de nuestra tradición personal.
Dice en él el señor Mitre, que la crónica dramática del señor
Alberdi sobre la Revolución de Mayo “tiene en el fondo mas
verdad histórica de la que su forma caprichosa haría suponer”.
¿Sabeel señor Mitre cuál fué el origen y la fuente de esa
crónica dramática? Se lo vamos a decir, ya que confiesa
implícitamente que ella vale más, como verdad histórica, que
todos los documentos que sobre el mismo tópico había acumulado
en su archivo.
Allá por los años de 1831 adelante, la desgraciada y
oprimida juventud de Buenos Aires devoraba, como un consuelo a
los males y a la opresión dela tiranía y de la barbarie, los escritos
de Villemain, de Cousin, de Lerminier, de Víctor Hugo,
preparándose con las ilusiones de la edad y la inexperiencia para
el tiempo en que esperaba entrar, fuerte y bien armada, en las
luchas de la vida libre. ¡Qué patria la de aquellos vívidos y
purísimos ensueños!
Pero como no conocía esta revolución por sí propio, ni
quería hacerse erudito parahacer un drama, leyendo documentos
y piezas de archivo como Juan María, apeló al testimonio y a la
narración de nuestro padre, el único quizás de los hombres
idóneos que estaba entonces en Buenos Aires, y que lo trataba con
sumo aprecio, no solo por su precoz

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DEBATE HISTÓRICO

talento, sino por la amistad que tenia conmigo. Nuestro padre
tenía un gusto particular en confiarle susrecuerdos: salvo en
algunos detalles muy íntimos, respecto de la ideas revolucionarias
de Castelli y de don Nicolás Rodríguez Peña, o de algunos de sus
amigos más comprometidos, en cuyo caso nuestro padre se
excusaba de dar su opinión, y se limitaba a indicarle que hablara
con su señora doña Casilda Igarzabal de Peña, como la fuente más
ingenua para el caso, y en cuya casa vivíamos todos conigual
intimidad.
Aquí tiene, pues, el señor Mitre cómo es que rindiendo culto
a la verdad histórica de la Crónica Dramática del señor Alberdi, ha
venido a reconocer, sin saberlo ni pensarlo, la superioridad de
nuestra tradición oral sobre las informaciones mudas e
incompletas de su archivo. Y decimos “de nuestra tradición oral”
porque ya que el señor Mitre tiene placer, por lo visto, en noconsiderarnos con más armas que esa, nos hemos propuesto
hacerle el gusto, sin prejuicio de que cuando llegue el caso, le
amontonemos también, como ya se ha visto, tantos documentos
nuevos para él, que nos sea permitido mirar su archivo como muy
deficiente para rectificarnos, y para enseñarnos, ya sea la historia
propiamente dicha de nuestro país, ya sea su filosofía. A lo menos,
no le hade bastar “un paréntesis”, ni “un volumen” para
conseguirlo.
Entre esas obras que la juventud devoraba con el ardor con
que los creyentes de Roma y de Corinto, bajo la tiranía de
Diocleciano recibían las epístolas de Pablo, llegáronle dos de un
género excéntrico, y con toda una revelación sobre las leyes
estéticas del drama y de la historia: el Cromwell de Víctor Hugo y
el Marino Faliero...