Deberes
El Rey y Señor de los cielos estableció desde la eternidad la siguiente norma: que sus dones llegasen a las creaturas inferiores por medio de otras intermedias. Por lo cual dice Dionisio en el capítulo quinto de la Jerarquía Eclesiástica que es una sacratísima ley de la divinidad que las creaturas intermedias sean conducidas por las primeras hasta Su divinísima luz.Pero, ciertamente, esta ley no sólo rige en el orden espiritual sino que también rige en el orden de las creaturas materiales. Por lo que dice Agustín, en el libro Sobre la Trinidad III: que así como los cuerpos más groseros y torpes son gobernados mediante un cierto orden por los cuerpos más sutiles y poderosos, así también todos los cuerpos materiales lo son por el espíritu racional de la vida.Y por eso, el Señor expresó este hecho mediante una metáfora tomada del orden de realidades materiales, diciendo en el Salmo que la sobredicha ley se cumple también en el modo de comunicación de la sabiduría espiritual: Tú das de beber a las montañas desde tus altas moradas; del fruto de tus obras se sacia la tierra (Sal 103, 13). Tenemos la evidencia sensorial de que las lluvias descienden de laaltura de las nubes, y que, regadas por ellas, las montañas manan las fuentes y los ríos con los que la tierra se sacia y es fecundada. De manera semejante, desde las alturas de la divina sabiduría son regadas las mentes de los doctos, que se comparan con las montañas, por cuyo ministerio es derramada la luz de la sabiduría divina hacia la mente de los oyentes. Así que, por lo tanto, podemosconsiderar, en la palabra que se nos propone, cuatro aspectos, a saber: la elevación de la doctrina espiritual; la dignidad de los que la enseñan; la condición de los oyentes; y el modo de proponerla.
Esta elevación se pone de manifiesto en que dice: desde tus altas moradas. Según la Glosa: Desde los más altos arcanos. Porque la Sagrada doctrina tiene esa elevación por tres razones: En primer lugarpor su origen, ya que ésta es una sabiduría de la que se dice que viene de lo alto St 3,17 y Si 1,5 1,5: la fuente de la sabiduría es la Palabra de Dios en las alturas. En segundo lugar por la sutileza de la materia, según dice el Si 24,7: Yo, en las alturas he plantado mi tienda. Hay, en efecto, algunas cosas elevadas en la divina sabiduría, a las cuales todos llegan, si bien imperfectamente, yaque el conocimiento de que existe Dios está inscrito en todos por naturaleza. Como dice el Damasceno, y como se dice a este propósito en Jb 36,25: Todos los hombres la contemplan, el hombre la ve de lejos. Pero en cambio hay algunas que cosas son aún más elevadas, de modo que sólo las alcanza la inteligencia de los más sabios, con la sola guía de la razón, y a éstas se refiere Rm 1,19: pues lo quese conoce de Dios se haya claro en ellos, puesto que Dios se lo manifestó. En cambio hay otras cosas que son elevadísimas, y que trascienden el alcance de la razón humana, y respecto de ellas está escrito en Jb 28,21: ocultóse a los ojos de todo viviente. Y en el Sal 17,12: Se rodeó de un velo de tinieblas. Pero aún estas cosas, los maestros sagrados, enseñados por el Espíritu Santo que escudriñaaún las profundidades de Dios (1 Cor 2,10), las trasmitieron en el texto de la Sagrada Escritura. Y éstas son aquéllas regiones altísimas, en las que se dice que habita esta Sabiduría. En tercer lugar, por el fin de la sublimidad: porque tiene un fin altísimo que es la vida eterna, Jn 20,31: y estas cosas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para quecreyéndolo tengáis vida en nombre suyo. Y como leemos en Col 3,2: aspirad a las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios; aspirad a las cosas de arriba, no a las que están sobre la tierra.
A causa de la elevación de esta doctrina se requiere por lo tanto que también los que la enseñan sean dignos. Por lo que se los compara con los montes, cuando se dice: das de beber a las...
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