DECAMERON TERCERA JORNADA

Páginas: 38 (9400 palabras) Publicado: 31 de mayo de 2015
NARRACIÓN SÉPTIMA
Tedaldo, enojado con una amante suya, se va de Florencia; vuelve allí después de algún tiempo disfrazado de peregrino; habla con la dama y le hace reconocer su error y libra de la muerte a su marido, a quien se le había acusado de haberle dado muerte a él, y lo reconcilia con los hermanos; y luego, discretamente, con su amante goza.
 
Ya alabada por todos se calla Fiameta,cuando la reina, para no perder tiempo, prestamente a Emilia encomendó la narración; y ella empezó:
-A mí me place volver a nuestra ciudad, de donde a las dos anteriores les plugo apartarse, y contaros cómo un ciudadano nuestro reconquistó a su perdida señora. Hubo, pues, en Florencia, un noble joven cuyo nombre era Tedaldo de los Elisei, que enamorado sobremanera de una señora, llamada doña Ermelinay mujer de un Aldobrandino Palermini, por sus loables costumbres mereció disfrutar de su deseo; placer al cual la Fortuna, enemiga de los dichosos, se opuso; por lo cual, fuera cual fuese la razón, la señora, habiendo complacido a Tedaldo durante un tiempo, por completo se apartó de querer complacerlo y de querer no ya escuchar ninguna embajada suya, sino tampoco verle de manera ninguna. Por loque él se dejó ir a una tristeza fiera y aborrecible, mas tenía de tal manera celado su amor que nadie creía que éste era la razón de su melancolía; y luego de que de diversas maneras se hubo ingeniado mucho en reconquistar el amor que sin culpa suya le parecía haber perdido, y encontrando vana toda fatiga, a alejarse del mundo (para no alegrar al verlo consumirse a aquella que de su mal eraocasión) se dispuso.
Y cogiendo los dineros que pudo conseguir, secretamente, sin decir palabra a amigo ni a pariente fuera de un compañero suyo que todo sabía, se fue y llegó hasta Ancona, haciéndose llamar Filippo de San Lodeccio, y trabando allí conocimiento con un rico mercader, entró a su servicio y en un barco junto con él se fue a Chipre. Sus costumbres y maneras agradaron tanto al mercader que nosolamente le asignó un buen salario, sino que le hizo su socio en parte y además gran parte de sus negocios le puso entre las manos, los cuales llevó tan bien y con tanta solicitud que en pocos años se hizo bueno y rico mercader y famoso. En los cuales negocios, aunque muchas veces se acordase de la cruel señora y fieramente fuese de amor traspasado y mucho desease volver a verla, fue de tantaconstancia que durante siete años venció aquella batalla. Pero sucedió que, oyendo un día en Chipre cantar una canción que hacía tiempo él había compuesto, en la que el amor que tenía a su señora y ella a él y el placer que de ella gozaba se contaba, pensando que no podía ser que ella le hubiera olvidado, en tanto deseo de volver a verla se inflamó que, no pudiendo sufrirlo más, se dispuso a volver aFlorencia.
Y puestos en orden todos sus asuntos, se vino tan sólo con un sirviente suyo a Ancona, adonde habiendo llegado sus cosas, las mandó a Florencia a un amigo del anconés socio suyo, y él ocultamente, como un peregrino que viniera del Santo Sepulcro, con su criado se vino detrás; y llegados a Florencia, se fue a una posadita que dos hermanos tenían cerca de la casa de su señora. Y dondeprimero fue no fue a otra parte sino a la puerta de su casa por verla si podía; pero vio las ventanas y las puertas y todo cerrado, por lo que mucho temió que hubiera muerto o que se hubiese mudado de allí. Por lo que, muy pensativo, se fue a la casa de sus hermanos, a quienes vio todos vestidos de negro, de lo que se maravilló mucho, y sabiéndose tan cambiado en el vestido y la persona de lo queser solía cuando se fue de allí, que no podría ser reconocido fácilmente, confiadamente se acercó a un zapatero y le preguntó por qué aquéllos iban vestidos de negro. A lo que el zapatero respondió:
-Van vestidos de negro porque no hace quince días que un hermano suyo que hacía mucho tiempo que no estaba aquí, que tenía por nombre Tedaldo, fue muerto; y me parece entender que han probado a la...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Jornada tercera
  • Boccaccio, Decameron, Jornada Vii.
  • Septima Jornada
  • Decameron jornada septima
  • El Decamerón (Jornada VII) de Bocaccio
  • Tercera jornada, la vida es sueño
  • tercera jornada curso o.w
  • El decameron: sexta jornada, novela cuarta

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS