Decálogo ético
Definir ética es de alguna forma subjetivo, pues abarca principios, valores y acciones dentro del campo de la moral, el deber, la virtud y la felicidad. La ética es un conjunto de valoraciones de los seres humanos que viven en sociedad; por ende requiere forzosamente de la capacidad humana del raciocinio. En la actualidad se vive una pérdida de valores, procedentes del seno familiar como autoridad máxima, motivados por las necesidades que se han malformado en ambiciones; la ansiedad que produce la necesidad desemboca en los excesos cuando se encuentra el medio de satisfacción. La descomposición del tejido social es una clara evidencia de que nuestros gobiernos no han sido capaces de satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos, mucho menos aún se les han brindado oportunidades para su desarrollo.
El mundo vive una crisis aguda, que si bien se genera en el sector económico, afecta de forma generalizada a los grupos sociales de cualquier nivel, pues en casos les genera pobreza, en otros pérdida de capitales, pero en todos permea una incertidumbre que promueve las acciones agresivas en una reacción primitiva de supervivencia. La ética debería jugar un papel fundamental en el proceder de la sociedad, sin embargo, distamos mucho de ejercerla (como grupo social) pues parte desde la podredumbre que se genera dentro de las autoridades y gobiernos. La pérdida de credibilidad y respeto hacia los poderes máximo, de manera velada pero contundente, nos hace permisible la supervivencia sin la observación de la regla. Para tal efecto, debemos de retomar el camino de la individualidad y proceder bajo la premisa de que la suma de voluntades es la multiplicación de acciones que nos benefician de forma común.
Por tanto, se abona:
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