Dedicarse a la literatura

Ética, profesión y ciudadanía.
¿Dedicarse a la literatura? Sin dudarlo
En un principio consideré poco factible desempeñar una carrera, una profesión relacionada con la literatura. No por el hechode lo mal pagada que puede resultar una disciplina artística en México sino porque tras cansadas reflexiones me negué a mezclar la pasión con el trabajo. Afortunadamente las vicisitudes de vida, launiversidad y la inexorable vocación me hicieron ver que no había otra forma.
Antes quería ser biotecnólogo. Cuando conocí a los que serían mis compañeros de generación, personas que también queríancurar el cáncer pero no por la satisfacción que conlleva sino por dinero, me desilusioné sobremanera. Además, al enfrentarme con tantas teorías (el átomo como lo conocemos es una suposición, lapercepción que tenemos de la partícula indivisible es una nube de electrones), que igualmente existen en la crítica literaria, decidí que si iba a enfocarme en una abstracción iba a ser la más conmovedora.La abstracción que flota del texto a la mente en cuentos y novelas alucinantes.
Viéndolo éticamente estaba convencido, por mi felicidad, para sacar lo mejor de mí, pues ¿acaso no es la literatura unamanera de salvarse y de salvar, no es un reflejo placentero del mundo, no es una evasión e inspección profunda de la realidad, no es una biología misteriosa y una belleza? Aún sabiendo todo estoquería ayudar a alguien. Me pregunté cómo entraría el altruismo en la literatura. Muchos ignorar las capacidades paliativas, casi metafísicas, de la lectoescritura ¿Es el arte para todos?
Desde entoncesme involucro, cada vez más, en contagiar la cultura, esparcirla, como sea, haciendo teatro callejero, leyendo poesía en voz alta, recomendando libros, escribiendo, relatando cuentos de Verne a niños,a ancianos, a extraterrestres, a los amargados, a los extravagantes.
Hablando de bienes internos puedo identificar una gratificación, una mejor autoestima y un placer que se deriva en contacto...