Dejadme Entrar


NADIE PUEDE SABERLO
(Enrique Bunster/Adaptación)

PERSONAJES:

Domínguez. (Javier)
González (Topo)
Rodríguez (Dani)
Sr Gutiérrez. (Lucho)
Señora Gallinato. (Eva)

Una sala con muebles de mimbre y adornada con sobriedad. Al fondo, puerta a la izquierda, ventana a la derecha, ambas sobre una galería, con vista a un jardín.
Suena eltimbre, aparece inmediatamente el Señor Gutiérrez.

SR. GUTIERREZ: ¿El Señor Domínguez?
DOMINGUEZ: Si, usted es el señor Gutiérrez?. (se dan la mano)
SRA. GUTIERREZ: Si soy el Doctor Gutiérrez.
Tenemos a esta hora tanto que hacer…. Claro, cuando me han anunciado a un periodista…. DOMINGUEZ: Muy amable señor.
SR. GUTIERREZ: Pero siéntese usted señor Domínguez. (se instalan en dos sillas)¿De manera que usted pretende conocer las intimidades de nuestra clínica?
DOMINGUEZ: Exactamente, quiero ilustrar a mis lectores de cómo se vive en las llamadas casas de locos.
SR. GUTIERREZ: Hará usted una investigación curiosísima. Una casa de locos es siempre una caja de sorpresas…se lo digo también como una advertencia. Porque las extravagancias y disparates con que se va encontrar aquípodrían producirle una impresión demasiado fuerte.
DOMINGUEZ: Estoy prevenido… ¿va usted, pues, a presentarme a sus enfermos?
SR. GUTIERREZ: Por supuesto. Su interviú sería incompleta si no se basara en el conocimiento personal de los recluidos.
DOMINGUEZ: Muy bien me parece…(inquieto). Sólo que no hay entre ellos alguno…
SR. GUTIERREZ: (Sonriendo) ¿quiere decir usted, peligroso, loco furioso? No,no tenemos sino enfermos inofensivos, simples chiflados…claro está que uno nunca puede fiarse mucho de estas personas…
DOMINGUEZ: (incómodo) ¡Ah!... de modo que puede darse el caso… de que… uno de ellos…
SRA. GUTIERREZ: No, no hay nada que temer.
DOMINGUEZ: Pero llegado el caso que si alguno se enfurezca, doctora…
SR. GUTIERREZ: ¡Ah!, eso es algo serio. Porque la rabia en los locos alcanzaproporciones tremendas, convirtiéndose en Hércules, ¿sabe?, capaces de estrangularla a usted, con una mano. (Domínguez se lleva la mano al cuello, asustadísimo) Es horrible. Hace un año que una de las recluidas, muchacha de 21 años, mató al cuidador del estacionamiento.
DOMINGUEZ: (impresionado) ¡Oh, Doctor! … caramba… ¿eh?... yo no sabia esto..
SR. GUTIERREZ: No está de más que lo sepa señora.Pero no se impresiones usted.
DOMINGUEZ: (muy incómodo) ¡Oh!, no Doctor, no me impresiono nada…es decir, casi nada…
SR. GUTIERREZ: No, no hay que tenerles miedo. Y para que usted vea cuan inocentes son en el fondo, voy a relatarle alguna de sus excentricidades. (Domínguez saca libreta y lápiz, anota). Así no se asustará cuando los tenga delante.
DOMINGUEZ: No, no me asustaré. ¡No faltaba más!SR. GUTIERREZ: Uno de los casos más simpáticos es el de Cristóbal Colón. …tenemos aquí a Cristóbal Colón (risa de Domínguez) Es un caso de manía tranquila. Siempre que no tenga la mal idea de contradecirlo…pasa este hombre encerrado en su cuarto…rodeado de cartas he instrumentos, trazando la ruta de su barco…de pronto descubre “América”…América es el jardín. Entonces arma Colón un escándalo que ponela casa en conmoción….al día siguiente se olvida del magno suceso, y vuelve a descubrir el nuevo mundo. Y en esto está hace como nueve años.
DOMINGUEZ: (risa nerviosa) ¡Nueve años!
SR. GUTIERREZ: Hay casos más raros todavía. Por ejemplo el de la señora que pone huevos…
DOMINGUEZ: ¿Que pone qué?
SR. GUTIERREZ: Huevos.
DOMINGUEZ: Huevos. (silencio) ¿Cómo es eso?
SR. GUTIERREZ: ¿Hay aquí unaseñora que pone huevos?
DOMINGUEZ: Una gallina querrá usted decir.
SR. GUTIERREZ: Una señora. Si fuera gallina no tendría gracia. (pausa)
DOMINGUEZ: (confuso) Doctora, no comprendo esto…
SR. GUTIERREZ: Pues yo, como médico, tampoco acierto a explicádmelo. Sólo hay una evidencia hasta ahora, la señora pone huevos.
DOMINGUEZ: Esos huevos los sacará ella del gallinero ¿eso es cierto?
SR....