Del Corazon A Otras Visceras
José Juan Aboytia
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-No, sí se puede. La clienta salió sonrojada. Cani se interesó en esa mujer que decía llamarse Ogaza, sin h. Tenía tiempo buscando una compañera comprensiva, cariñosa y con mucho de qué hablar. Al verla, sus ojos se iluminaron. A partir del primer encuentro,las ideas a la carnicería fueron más constantes, nació entre ellos una bonita amistad. A cada momento se le insinuaba y ella poco a poco cedía. Le gustaba que hablara de tantas cosas: de política, de películas, de libros, de pintura. A él le agradaba que ella no fuera superficial, que tuviera su propio negocio y que todos los días se superaba. El romance se dio a las pocas semanas. En la casa deella nunca faltaban chuletas de puerco, lengua de res, hígado o pescuecitos de pollo. Y en la carnicería habían quitado el póster de un cerdito feliz por una foto de Ogaza en el circo, donde había escrito: “Viendo a los elefantes bailar”. -¿Sabes? He soñado varias veces, que salgo de una puerta hacía una panadería. Ahí adentro, dos personas me vigilan. Agarro un pan y lo huelo, no sé cuál es, es comouna concha, pero sin lo de arriba y está como en tiras. ¿Cuál es? -No sé amor, acuérdate que los panaderos son mis papás. -Bueno, luego lo busco y te lo enseño. Compro el pan, veo al despachador y descubro que no es humano, que es un androide o algo así, todas las personas son robots, menos yo y los que me observan. Salgo de la panadería que está en un gran centro comercial, las dos personas mesiguen, sé que me van a matar, no tengo escapatoria, pero yo me les adelanto y me tiro por las escaleras. -¿A poco? -¿Qué significará eso? ¿No serás tú la panadería o el pan? -Ay qué dices, y ¿si yo fuera ese pan que compraste, qué? -Pues, que te iba a conocer, que tú serías mi última alegría, no sé. -Deberíamos comprar el libro de interpretación de sueños. -Esas son tonterías, mejor interpreta mismanos. -Ay, estate quieto. -No puedo, mejor dame mi bizcochito. -No seas marrano. -Sí soy, mira, oink, oink. José Juan Aboytia Page 2
-¡Ya, Alejandro! -Me excitas más cuando te enojas. Cani tenía un enorme espejo en el techo de su recámara y cada que hacían el amor, recordaba el dibujo de una camiseta, de dos cerdos copulando y abajo la inscripción Making bacon. Ella tenía un negocio de...
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