del hay al doy


DEL HAY AL DOY
¡AY SI NADIE DIERA! (LA URGENCIA DE LA GRATUIDAD)
de Carlos Díaz
















por Ricardo Cordero Villarpriego
70078237-C
ricardo.cordero@ucm.es
Teorias de la Libertad



“Si reconozco un deber como moralmente obligatorio, entonces sé que este deber -mandato o condición- no puede ser suspendido o compensado por ningún otro valor, ya sea de agrado ode utilidad práctica, de lo exigible vital, social o políticamente, tampoco por ninguno estéticamente valioso: por nada del mundo debería yo mentir, ni robar, ni matar. Se trata de una exigencia incondicionada, ni relativizable ni rebajable a la condición de medio para ningún otro fin.”1 El deber, pues, y entendamos como deber al Bien mayúsculo, hemos de considerarlo como fin último en sí mismo,lo que asumo que deja completamente fuera a Dios y a aquellos para quienes el bien es simplemente un medio para el majestuoso fin de la vida eterna. Cuando se espera la salvación y las buenas acciones se convierten en credenciales ante san Pedro, la vida terrena se torna nimia, pasajeramente valorada y residencia de un tóxico conformismo y una cruzada de brazos hasta que me despierteverdaderamente. Como apunta el autor en no pocas ocasiones, la educación es el auténtico objeto subyacente de todo este tipo de debates. Educaría de este modo a un niño: sabes qué te duele, el hambre, el frío, el sueño, los golpes que sufrió tu cuerpecito al caer del tobogán, los manotazos que ese otro niño te propinó ayer, incluso yo te zurré en el culo cuando sacaste el pez de su pecera y viste sus arrítmicosespasmos de moribundo en la alfombra del salón; sabes del bien y del mal, no mucho, pero algo sabes, y ahora comienza tu existencia, que acabará, sí, pero has de saber que esta vida es lo único que tienes, el regalo que te ha hecho no Dios, sino tus padres, los hombres que engendraron a tus padres, los que engendraron a estos últimos y todo el árbol genealógico que viene a remitir a la especiehumana en su totalidad; aprovecha tal regalo así: cuida de tus congéneres y regocíjate de que te cuiden también a ti, ámalos y déjate amar, haz de tu yo un nosotros y vela luego por que el bien se imponga para que de él se aproveche ese sujeto común que somos todos. Así creo que habría de hacerse, y nunca con traumas potenciales de eternidades en el infierno, nunca con un papá inmenso que andacotilleando y juzgando todos y cada uno de tus pensamientos, que exige que lo ames incondicionalmente sin poner de su parte, porque por no poner no pone más que genocidios en su nombre. El Bien es más bien cuando no sobreviene mediante instancia externa alguna, cuando brota de la punzante empatía que da el dolor ajeno y cuando se lleva a cabo sin pretensiones de incluirlo en ningún currículum celeste.Es Bien, además, que se deja notar por su ausencia como impregnándolo todo allí donde abunda su contrario; allí donde el mal es percibido, una conciencia es conquistada por el Bien: clava este su bandera y comienza el proceso de recuperación (redención como expurgación del dolor) en el que la conciencia se aflige por el mal que ve, pero sobre todo por el mal que crea y alimenta ella misma mientrasdeja de alimentar a la vida, porque la vida, la vida mayúscula, es el hogar del bien al mismo tiempo que el huésped. Dice una canción “de rodillas estás, rodeado de ropa sucia; la mano que tienes extendida nunca para de temblar de frío, de cansancio[…] Cuando una vida no vale nada, nada vale nada ya: perdóname, porque yo he sido uno más de los que su vista apartó al pasar por tu lado como si nofuera nada conmigo”. Todas y cada una de las vidas son una sola, sobrevivamos pues en conjunto y velemos por el Bien para que pueda cobijarnos a todos. Pienso que es un precepto moral que no recurre a Dios y que supera a la religión por su sola simpleza ockhamiana. La religión no vive sino que elucubra, pues es fácil advertir que el código moral que plantea se transmite de generación en...