Del Libro "Los Cuentos De Mis Hijos" De Horacio Quiroga

PRÓLOGO
En la segunda década del siglo, durante su permanencia en Misiones, Horacio Quiroga, quien yo era padre de dos niños – Eglé, nacida en 1911, y Darío, en 1912 – interrumpe la redacción de algunos de sus grandes cuentos de tema selvático para intentar la literatura infantil.
A ese género se consagra años enteros, publicando en los periódicos argentinos relatos que agrupan bajo el rótulo<<Los cuentos de mis hijos>>.
Curiosamente este título lo abandonará en las series que publique en forma de libros o en otras que remita a distintas revistas porteñas. Sin embargo, nos parece muy difícil encontrar una definición más exacta de su literatura infantil que ésta: <<Los cuentos de mis hijos>>.
Fue para ellos que los escribió y aun podría decirse que sin laEglé y el Darío de cinco y cuatro años, que daban vueltas en torno al padre mientras esté trabajaba y para quienes él traían animales del bosque que buscaba domesticar, Horacio Quiroga no se habría planteado la idea de escribir cuentos infantiles.
Hay que decir que nada parece más difícil para un escritor que ha ido aguzando su capacidad de observación naturalista, desarrollando el rigor y lafuerza de su interpretación de la naturaleza y del destino del hombre dentro de ella y que se ha propuesto transformarse en un <<duro>>, que adaptarse de pronto al universo del niño, a su lenguaje, a su interpretación de las cosas. Él lo confesó con toda llaneza y humildad: <<Quien escribió estas cartas [se refiere a la serie “El hombre frente a las fieras”] fue un padre: y lasescribió a sus dos hijitos, en el mismo lenguaje y en el mismo estudio lenguaje y en el mismo lenguaje y en el mismo estilo que si hablara directamente con ellos. Si nos equivocamos al pretender llegar hasta ellos sin intermediario, paciencia; si no, nos felicitaremos vivamente de haberlo intentado con éxito>> Esos <<intermediarios>>, como en otro texto reconocerá, son los mayores,los adultos, los maestros.
La producción de cuentos infantiles de Horacio Quiroga es mucho más amplia de lo que normalmente se cree: los <<cuentos de la selva para los niños>>, probablemente el volumen más difundido, apenas su representa la vigésima parte de lo que Horacio Quiroga escribió para los niños, para sus hijos, en la revista <<Billiken>>, en <<Caras yCaretas>> y por último en un volumen destinado especialmente a la enseñanza escolar, titulado <<Suelo natal>> (Buenos Aires, 1931), en colaboración con Leonardo Gluseberg.
Contenido:
Del Libro "Los Cuentos
de mis hijos"
de Horacio Quiroga:
El Tigre
Nunca vimos en los animales de casa orgullo mayor que el que sintió nuestra gata cuando le dimos aamamantar una tigresita recién nacida.
La olfateó largos minutos por todas partes hasta volverla de vientre; y por más largo rato aún, la lamió, la alisó y la peinó sin parar mientes en el rugido de la fierecilla, que, comparado con la queja maullante de los otros gatitos, semejaba un trueno. 
Desde ese instante y durante los nueve días en que la gata amamantó a la fiera, no tuvo ojos más quepara aquella espléndida y robusta hija llovida del cielo.
Todo el campo mamario pertenecía de hecho y derecho a la roncante princesa. A uno y otro lado de sus tensas patas, opuestas como vallas infranqueables, los gatitos legítimos aullaban de hambre.

La tigre Abrió, por fin. Los ojos y, desde ese momento, entró a nuestro cuidado. Pero, qué cuidado! Mamaderas entinabas, dosificadas y vigiladascon atención extrema; imposibilidad para incorporarnos libremente, pues la tigresilla estaba siempre entre nuestros pies. Noches en vela, más tarde, para 
atender los dolores de vientre de nuestra pupila, que se revolcaba con atroces calambres y sacudía las patas con una violencia que parecía iba a romperlas. Y, al final, sus largos quejidos de extenuación, absolutamente humanos. Y los paños...