Del Otro Lado Del R O 1
Del cuento “Del otro lado del río” extrae lo siguiente:
1 Tres oraciones en donde
la coma
realiza las funciones de:
a. Encerrar frases explicativa.
1.
b. Antecediendo a nexos o conjunciones adversativas
1. Vivían cerca de aquí, pero luego se mudaron a un pueblo lejano.
2. A esa no se la llevó el padrino, pero sí el hijo que al fin y al cabo era
lo mismo. 3. Hacía una mañana bonita, pero la tierra estaba mojada y el camino
lleno de lodo.
c. Separando vocativo
1. Comadre, ha caído una agüita buena.
2. Claro, esto era por respeto, por el que yo le guardaba como padrino
mío.
d Enumerando o separando elementos
2 Dos oraciones en donde
los dos puntos
haciendo funciones de:
a. Causa y efecto
1.Yo me desgarité de mi campo para librarme de una costumbre
maldita de mi madre: prestar a sus hijos como si fueran objetos.
2. A esas se las llevó un señor mayor cuyo interés supe luego:
emparejarlas con sus dos hijos, los cuales casi no habían visto mujeres
en su vida por que su papá los tenía trabajando como bueyes desde
chiquitos en unos montes que de tan lejanos se perdían en el
horizonte.
b. Conclusión
1. Un día, a seis meses de su partida, no llegó una: mi hermana estaba
embarazada.
2. Aquellas palabras de mi madre no me dejaron otra salida: yo solo
tenía que quitarme aquel callo de nombre Cayo que ella misma me
había puesto al nacer.
3.
3 Una oración en donde
el punto y coma
haciendo funciones de:
a. Construcciones largas y complejas
1. Mi mamá le brindó café; entre sorbo y sorbo, hablaban. 2.
4Transcriba una oración que contenga paréntesis, guión largo o raya y
guión corto.
5 Transcriba una oración que contenga signos de admiración e
interrogación.
6Transcriba palabras con hiatos (10), diptongos (10)
7Transcriba palabras agudas (10), graves (10), esdrújulas (5)
8 Identifique el emisor, receptor, canal, mensaje y código
Del otro lado del Río Autor: Eladio de los Santos García
Yo me desgarité de mi campo para librarme de una costumbre maldita de
mi madre: prestar a sus hijos como si fueran objetos. O, mejor dicho darnos,
si así es. Mi madre, para desgracia nuestra, no pudo cargar sola con la
familia. Ella decía que no quería dejarnos como herencia la pobreza que nos
comía la vida luego de haber quedado huérfanos de un padre que aún
permanecía vivo en alguna parte del país. Y para cambiarnos la suerte no
encontró mejor forma que endonarnos al padrino de cada uno de nosotros,
desde la más vieja hasta la última hembra a la que yo le sigo en edad.
A la más vieja, la mandó con su padrino para la capital adonde atendería a
la mamá de él. Tras pasar el río Yuna, no volví a verla más. Sólo quien la
bautizó se aparecía dos veces al año y decía que ella vivía muy bien bajo su
cuido. Sólo eso sabíamos de su vida.
La segunda la entregó mamá a su segundo compadre, quien había mostrado
un empeño grande en llevarse a su ahijada después de haberle florecido el
cuerpo. Él tiene tierras y ganados y vive cómodo. Tal vez por eso mi madre
la envió a casa de ese señor, su padrino, para que viviera mejor. Y en verdad
vivía bien en ese lugar, según las noticias que llegaban a mis oídos. Un día, a
seis meses de su partida, no llegó una: mi hermana estaba embarazada.
Siempre la esperé, pero ni vino, y llegué a creer que quien cruzaba las aguas
del Yuna para irse lejos era como aquel que cruza las aguas del río del más
allá, que aunque quiera no vuelve más para acá…
La tercera y la cuarta son mellizas. Quizás por serlo tuvieron una misma
suerte. A esas se las llevó un señor mayor cuyo interés supe luego:
emparejarlas con sus dos hijos, los cuales casi no habían visto mujeres en su
vida por que su ...
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