Del Pecado O Del Amor
Los cuentos, así como, las mentiras son producto de la imaginación, claro los cuentos nunca ocurrieron y las mentiras tampoco. Los vericuetos por donde nacen dependen mucho de cómo se sueltan las amalgamadas ideas. En fin, una de esas mentiras jamás vistas podrán parecer cuentos, y a eso va dirigida estas líneas, que al final sólo confundirán al que las escribe.Comentan las buenas lenguas que en época de fiesta no hay quien descanse, no hay quien planifique o se prepare. En estos incómodos momentos se encontraba la familia Ingunza Carrasco, pues ellos habían asumido la mayordomía patronal del pueblo, y desde aquel momento en que fue levantado en hombros el jefe de familia se pensó en la banda de músicos, la comida, los juegos artificiales, la misa ytodo cuanto por costumbre tiene necesariamente que desarrollarse. Don Braulio Ingunza, el más viejo de la familia, era padre de ocho hermanos, cinco mujeres y tres varones, tenía veintitrés nietos, y pese a la claridad de su cabello, denotaba cierta juventud que permitía adelantar que tenía para rato en esta vida, entonces para su buena salud y pidiendo al santo patrón los mejores augurios, secomprometió ser el próximo anfitrión.
Es recomendable hacer la lista de los colaboradores, casi después de haber asumido el compromiso o de recepcionado el trucay; en él ha de incluirse a los que tengan cara de cumplidores, o prestigio de gente de palabra, para mandar los muñecos de pan, las roscas, papa o plátanos en señal de que colaboren en preparar la leña o se responsabilicen con algúnproducto, en el año que viene... todo esto es cuestión de un santiamén ... luego es necesario trabajar, ahorrar y esperar el momento ...
Realmente la preocupación de ser mayordomo de una fiesta patronal conlleva una alta responsabilidad para toda la familia. Esa mañana acrisolada por la limpieza del cielo, el astro rey había descargado sus rayos a todo el valle, aunque el clima se consideretemplado el calor era rotundo, tanto en las afueras, como en algunos interiores; así en la vicharra, lugar donde se preparaban los alimentos a fuego de leña, cuya habitación era un recoveco de paredes ennegrecidas por la humareda, daba la impresión sofocante de años acumulados de hollín y ceniza, también el calor era insoportable, en ese escenario dos mujeres concluían una conversación...
-Queescándalo, ¡preñada¡, ¡no¡, ¡no puede ser¡ -dijo sollozando doña Ida Carrasco-. No sabes, tu padre te matará cuando se entere ...
Rosario, la última hija de don Braulio en su mujer doña Ida acababa de confesar su gravidez fuera de matrimonio; sus hermanos, los mayores, todos se habían casado ante Dios y ante la Ley, tenían una crianza de gente antigua y radical, y lo que estaba ocurriendo deseguro desataría un torbellino que remecería los cimientos más seguros de entonces ...
-¿Y quien es el mal nacido, que te jodió?, ...
-Mam... Ida... ¡no sé¡ -balbució y arrancó a llorar la aludida-. ¡No sé¡, ¡pero quiero morir¡ -concluyó, a la vez que pasaba el dorso de su mano por la mejía, tratando de secar sus lágrimas...
No era para menos Rosario era alta, muy delgada, y en loque respecta a su hermosura, no cabía dudas que era la más bonita de las cuatro mayores, risueña y de caminar lento, se había conducido todos los domingos a la iglesia y como de costumbre, esa era su rutina. Trabajadora y acomedida, ágil y atenta eran sus detalles, a cuyo gusto don Braulio aplaudía, a quien a pesar de su juventud la seguía tratando como una recién nacida. La engreía con mimos ycaricias, los regalos y sorpresas no se hacían esperar; los mejores proyectos del futuro estaban comprometidos... . Enviarla a la capital para su formación personal y profesional, convertirla en la mejor mujer del valle. Era su sueño. Por su inteligencia de niña preocupada por la prosperidad de la familia, era predecible su buen puerto... Ahora, todo caía inexorablemente. Todo. Toda esa ilusión...
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