Del Prólogo De José Martí Al “Canto Del Niágara” De Juan Antonio Pérez Bonalde
Páginas: 2 (432 palabras)
Publicado: 4 de octubre de 2011
Del Prólogo de José Martí al “Canto del Niágara” de Juan Antonio Pérez Bonalde:
En este trabajo de José Martí se observa una dicotomía: continúa con la tendencia de los románticos europeos queproponían un regreso a la Naturaleza, sólo que para el incipiente proceso de modernización de América Latina, la Naturaleza agreste y salvaje, con su fuerza indómita exhibida a plenitud viene arepresentar la barbarie.
Por eso se observan dos tendencias predominantes y constantes que discurren de forma paralela hasta llegar a diluirse en una sola:
Una de ellas es la tendencia a volver a lanaturaleza, a las primitivas fuentes naturales, tendencia que no es propia del solo modernismo, como no lo ha sido ni lo es de ningún especial movimiento y escuela de arte, porque es causa primera ypatrimonio de todas las revoluciones artísticas fecundas y hacia la cual el hombre retorna cada vez que la civilización le cansa y lo agota.
Las dos tendencias, la tendencia a volver a la naturaleza y latendencia al misticismo, aparecen juntas en este tiempo de renovación que fue el Modernismo:
“… Y se entendieron. El torrente prestó su voz al poeta; el poeta su gemido de dolor a la maravillarugidora. Del encuentro súbito de un espíritu ingenuo y de un espectáculo sorprendente surgió este poema palpitante, desbordado, exuberante, lujoso. Acá desmaya, porque los labios sajan las ideas, en vez dedarles forma. Allá, se encumbra, porque hay ideas tales, que pasan por sobre los labios como por sobre valla de carrizos. El poema tiene el alarde pindárico, el vuelo herediano, rebeldes curvas,arrogantes reboses, lujosos alzamientos, cóleras heroicas. El poeta ama, no se asombra. No se espanta, llama. Riega todas las lágrimas del pecho. Increpa, golpea, implora. Yergue todas las soberbias de lamente. Empuñaría sin miedo el cetro de la sombra. Ase la niebla, rásgala, penétrala. Evoca al Dios del antro; húndese en la cueva limosa: enfríase en torno suyo el aire; resurge coronado de luz;...
En este trabajo de José Martí se observa una dicotomía: continúa con la tendencia de los románticos europeos queproponían un regreso a la Naturaleza, sólo que para el incipiente proceso de modernización de América Latina, la Naturaleza agreste y salvaje, con su fuerza indómita exhibida a plenitud viene arepresentar la barbarie.
Por eso se observan dos tendencias predominantes y constantes que discurren de forma paralela hasta llegar a diluirse en una sola:
Una de ellas es la tendencia a volver a lanaturaleza, a las primitivas fuentes naturales, tendencia que no es propia del solo modernismo, como no lo ha sido ni lo es de ningún especial movimiento y escuela de arte, porque es causa primera ypatrimonio de todas las revoluciones artísticas fecundas y hacia la cual el hombre retorna cada vez que la civilización le cansa y lo agota.
Las dos tendencias, la tendencia a volver a la naturaleza y latendencia al misticismo, aparecen juntas en este tiempo de renovación que fue el Modernismo:
“… Y se entendieron. El torrente prestó su voz al poeta; el poeta su gemido de dolor a la maravillarugidora. Del encuentro súbito de un espíritu ingenuo y de un espectáculo sorprendente surgió este poema palpitante, desbordado, exuberante, lujoso. Acá desmaya, porque los labios sajan las ideas, en vez dedarles forma. Allá, se encumbra, porque hay ideas tales, que pasan por sobre los labios como por sobre valla de carrizos. El poema tiene el alarde pindárico, el vuelo herediano, rebeldes curvas,arrogantes reboses, lujosos alzamientos, cóleras heroicas. El poeta ama, no se asombra. No se espanta, llama. Riega todas las lágrimas del pecho. Increpa, golpea, implora. Yergue todas las soberbias de lamente. Empuñaría sin miedo el cetro de la sombra. Ase la niebla, rásgala, penétrala. Evoca al Dios del antro; húndese en la cueva limosa: enfríase en torno suyo el aire; resurge coronado de luz;...
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