dela

Lunes 4:30 a.m.; mi celular suena y, al contestar, la hermosa voz de una mujer, dice:
-¡Hoy conocerás..!
De inmediato, caigo como piedra y de nuevo me duermo. 5:50 a.m., mi celular de nuevo, peroahora mi alarma, decido levantarme. Al dirigirme al baño para asearme me encuentro con mi perro en la entrada de mi cuarto. Camino sin notar su presencia y, de la nada, escucho:
–Te traje elperiódico.
A lo que respondí:
–Gracias, déjalo en la cama.
Mientras me bañaba me cayó el veinte de que mi esposa dormía y, con shampo en la cabeza, salí corriendo y revisé el departamento: debajo de lacama, el closet, la cocina, el comedor, el refrigerador, la estufa, ¡hasta la lavadora! Cuando, de repente, mi esposa, me gritó:
–¿Qué tanto buscas? Te lo trajo el perro.
Desconcertado, me dirigí alcuarto pero me quedé en la puerta, preguntándome:
–¿El perro?
Mi esposa me respondíó:
–Sí, el perro.
En eso, me di cuenta que mi esposa, efectivamente, leía mis pensamientos, ¡y el perro hablaba!Confundido, me regresé al baño y terminé de bañarme, no dando lugar a lo que pasaba, hasta que de nuevo escuché la voz de mi mujer, diciéndome:
–¡Qué tanto…! Yaa deja de pensar, ¿qué no entiendesque es el perroooo?
Otra vez, surgió la duda en mi mente:
–¿El perro?
Mi esposa volvió a gritar:
–¡Sí, amor, el perro! –dirigiéndose al baño. Ella entró sin decir nada pero, al tenerme enfrente, medijo:
–No estoy loca.
–¿Quién te está diciendo loca?, también tú –respondí, a lo que ella enojada replicó:
–Nadie, pero lo pensaste, ¿no?
Al salir del baño, mi marido no dejaba de pensar en elsanto perro, terminaba de hacer el almuerzo y mi marido seguía pensando en el perro, ¡claro! mejor en el perro que en mí, que soy quien le ayuda, quien le hace sus cosas, le lava sus calzones, leplancha su ropa, en fin., por fin él salía del baño se cambiaba y se dirigía a la mesa para desayunar, cuando de repente su rostro cambiaba drásticamente, se ponía serio y mirándome fijamente me decía...