DeLagartos

De lagartos y voltajes


La inmensa mayoría de los seres humanos experimentamos la mayor parte de nuestra atribulada existencia dentro de los limites de un ligerísimo, pero crucial, desfasetemporal. O latencia. Esto es, que mientras procesamos la realidad la realidad avanza, dando lugar a un infinitesimal lapso de tiempo entre el estimulo externo y la respuesta mental (tan rápida como 13ms. en el caso del procesamiento de imágenes según el MIT). Esto se antojavital para la supervivencia de la especie; en cuestión de milisegundos sopesamos los pros y los contras de una determinada acción, decidimos si huir o atacar, perdonar o condenar, relatar u omitir y asíhasta el infinito. El proceso parte del cerebro reptiliano, ese núcleo-serpiente que todos albergamos en la base del cráneo que ni piensa ni siente, solo actúa. Los matices derivados de cualquierdecisión son coloreados por el sistema límbico, almacén de nuestras emociones y recuerdos. A posteriori el vasto poder cognitivo alojado en el neocortex nos ayuda a tomar plena conciencia como individuoscreadores de la reacción. Limpia, fija y da esplendor. Todo ello, no lo olvidemos, en milésimas de segundo.



El señor de la foto no es el antiguo inquilino del cerebro que vemos asu derecha sino Paul MacLean, autor de la teoría del cerebro triuno.


Esto es más o menos así desde el Australopithecus afarensis, nuestro más vetustoantepasado, con unos muy bien llevados 4 millones de años. No obstante el cerebro inconsciente emocional, formado por los mencionados cerebro reptil y sistema límbico ya se encontraba instalado en latriangular cabecita del primer anfibio que poso sus ancas en tierra firme, hace no menos de 300 millones de años. Lleva aquí pues largo tiempo y merece ser tratado con el debido respeto. Los anfibios...