Delegados de Dios

No lo puedo creer! ¡Vienen de un país tan pobre y nos han enseñado tanto!" expresó con asombro Armando Magnon, un feligrés de la parroquia San Judas Tadeo en El Paso, Texas, en referencia a los tresrepresentantes de la Diócesis de Choluteca, Honduras, que llegaron a su parroquia en junio de este año. Ellos presentaron un curso de formación de delegados de la palabra en el Centro Pastoral deFormación Tepeyac de la diócesis y en la parroquia San Judas Tadeo. El equipo hondureño, compuesto por el sacerdote Justo Maradiaga y los delegados de la palabra Arturo Gómez y Tomás Rodas, ambos consolamente una educación de sexto grado, enseñaron dos cursos de cuatro días de duración en el instituto Tepeyac, la semana del 16 al 19 de junio, y en la parroquia San Judas Tadeo, del 23 al 26 de junio.El curso fue acompañado por presentaciones de PowerPoint, testimonios personales, y reflexiones teológicas. Trató sobre la historia y el desarrollo de los delegados de la palabra y cómo esteministerio ha revolucionado la Iglesia en muchas diócesis centroamericanas durante los últimos 42 años.

Arturo Gómez, Father Justo Maradiaga and Tomás Rodas are members of a Honduran diocese.


Fr.Maradiaga presents a cathechetical workshop for Texas parishioners.


Tomás Rodas explains to Armando Magnon his involvement as a lay person at the Choluteca parish.
La pastoral basada en lacelebración de la Palabra de Dios a través de delegados laicos, aprobada por la Conferencia Episcopal de Honduras, se inició en la Iglesia de Choluteca en 1966, como respuesta a las necesidades pastoralesdel departamento de Choluteca debido a la escasez de sacerdotes en la región. Los municipios y aldeas de estas áreas rurales de difícil acceso, sólo recibían una visita anual de un sacerdote, quiencelebraba Misas, bautismos, confesiones, primeras comuniones y matrimonios en sus dos o tres días de estadía en dichos lugares.

Con una formación catequética y materiales adecuados, los delegados de...