Democracia participativa
por José Luis Coraggio[1]
La crisis del paradigma neoliberal ¿Qué crisis?
Ante el agravamiento de la problemática social se comienzan a oir voces que hablan de una crisis del paradigma neoliberal. Nos parece más adecuado reconocer que está “vivito y coleando” y que una prueba de ello es la dificultad para pensaralternativas a las políticas sociales hoy predominantes. Sin embargo, la cuestión social está lejos de estar bajo control: “Una característica dramática de la crisis de reproducción social por la que atravesamos es la incompatibilidad entre la libertad global de acumulación del capital y el derecho a una vida digna de los ciudadanos en cada lugar del mundo. Como insumo del capital, la población trabajadoraresulta estructuralmente excedente en magnitudes masivas, generándose así una nueva cuestión social.” “La respuesta desde el poder son las nuevas políticas sociales, asistencialistas y focalizadas en aliviar la pobreza extrema. Más allá de las intenciones de los que las aplican y del alivio temporal que puedan efectivamente producir, su función estructural es remendar la legitimidad maltrecha deun sistema que no brinda igualdad de logros ni de oportunidades.” [2]
Ante la imposibilidad de que la combinación del mercado libre, las Nuevas Políticas Sociales y el espontaneísmo social resuelvan la exclusión, se requieren políticas socioeconómicas integrales y sostenidas que coordinen las acciones del Estado con las de la sociedad. Surge una duda: ¿pueden pensarse e impulsarse políticassociales participativas desde el centro estatal de una democracia delegativa que vería amenazada su propia reproducción? Si no puede esperarse de las elites políticas que ejercen el poder por delegación, ni de sus tecnocracias, que piensen e impulsen tales políticas, la transformación de la política social estará íntimamente asociada a la del sistema político en dirección a una democraciaparticipativa y liberada del clientelismo. Hay entonces, un fuerte condicionamiento de lo político sobre los alcances de la acción social considerada viable.
Pero hay también un fuerte componente ideológico que obstaculiza que tales alternativas surjan desde la sociedad. Lo que llamamos “la cuestión social” no deja de ser una caracterización construida del núcleo fundamental de contradicciones de unsistema social, caracterización que varía históricamente con la realidad pero también con las matrices cognitivas predominantes. Hoy el sentido común está marcado por la reciente historia de represión de las dictaduras, las experiencias renovadas cotidianamente del poder hegemónico, el bombardeo mediático del pensamiento único, la desilusión por el fin que tuvo el socialismo real y el miedo instaladoante la precariedad del trabajo y la inseguridad personal y social.
A nivel del pensamiento más formalizado, se dan algunas coincidencias acerca de los datos de la realidad social que otorgan un grado de objetividad (intersubjetividad) a la descripción de algunos fenómenos sociales recientes y sus tendencias empíricas: creciente empobrecimiento por ingresos –absoluto, pero sobre todo relativo- dela mayoría de la población; concentración masiva de la pobreza en las ciudades, con peso creciente de los “nuevos pobres”; exclusión de las posibilidades de obtener un trabajo asalariado en una magnitud comparable a las peores crisis coyunturales, pero ahora de manera prolongada y, para algunos, permanente; disolución de las formas de agregación que eran la base de actores colectivos propia delsistema industrialista e incluso de la esperanza en el papel de los nuevos movimientos sociales.
A esto se agregan acuerdos sobre algunas caracterizaciones más profundas y de tendencias estructurales que muestran la dificultad para realizar predicciones no catastrofistas: dado el carácter de la revolución tecno-organizativa del capital se comienza a aceptar la imposibilidad de que la exclusión...
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