democracia

Antipolítica y desencanto democrático
Docto, en Ciencia
de la Universidad París 1Sorbonne y director del Centro
de Investigaciones de Política
Comparada de la Universidad
de Los Andes, Alfredo Ramos
Jiménez enumera las razones
por las cuales los rasgos de la
antipolítica siguen presentes
en la sociedad latinoamericana
Agredo Ramos Jiménez
Rechazo de la política y de los políticos,desafección hacia quienes
viven de y para la lucha por el
poder en las sociedades democráticas, el fenómeno de la antipolítica
aparece siempre vinculado con
una suerte de "fatiga cívica", que so
ha ido extendiendo entre dudada
nos desencantados con la promesa
democrática.
En Defensa de la política, texto
clásico de los años 60, el politólogo
británico Bernard Crick incluyó en
lugardestacado lo que él mismo
entendió como una "nota a pie de
pagina para convencer a los profesores de ciencias políticas". Partiendo de una observación inicial,
según la cual "los que rechazan u
odian la política entienden mejor la
especificidad y la importancia del
sistema político que los que dan
por supuesta su existencia", el
autor termina afirmando el hecho
de que, con mayor frecuencia de laque se podría pensar, hay "muchas
personas para quienes la primera
prueba de inteligencia que puede
darle un recién llegado es su desprecio por la política, los políticos y
el pensamiento político".
Dentro del clima enrarecido
actual, las observaciones del profesor Crick resultan ciertamente
relevantes, en el sentido de que
conservan su vigencia original y
parecen encaminadas hacia unarevalorización de la política, como
actividad crucial para el mundo
que nos ha tocado vivir. Ahora
bien, el "malestar con la política"
se ha ido extendiendo peligrosamente en el tejido social y ha
pasado a formar parte de aquello
que en adelante comienza a ser
considerado como lo "políticamente correcto".
Y es que la contraposición de
intereses entre el ciudadano
común y el políticoprofesional que
dice representarlo se ha venido
incrementando a tal punto que
toda conexión del primero con el
mundo de la política viene cargada
de pesada sospecha, si no de abierto desprecio hacia las élites. Allí
radica parte fundamental del
drama que viven los partidos políticos, definitivamente desconecta-

Foto EFE

Bucarsm encamó en Ecuador tí ftóetazgo antipartídos

Stóart Mil sedetiene en la observación de lo que, según él, seria "la
mejor forma de gobierno", separando a los ciudadanos en activos y
pasivos. Para Mili, los gobernantes
prefieren a los segundos porque les
resulta más fácil tenerlos controlados, como subditos dóciles e indiferentes. Ello contrasta con la necesidad imperiosa de los primeros en
toda democracia, por lo que propone en consecuencia laampliación
del sufragio a las clases populares,
con el fin de educarlas y hacerlas
concientes de la vida en comunidad. Este habría sido el remedio
para acabar con una cierta "apatía
política" que conducía directamente a la autocracia y ponía en peligro
el ideal democrático. En nuestros
días, una tal apatía se ha vuelto
más "activa" en la medida en que
los ciudadanos son llamados periódicamentea expresar sus intereses
mediante el voto: la pasividad se
convierte en abstención, en unos
casos, y promueve el voto castigo,
en otros, como etapa previa para el
advenimiento de una profunda
actitud antipolítica.
Si bien es cierto que en el pasado reciente algunos autores europeos han vinculado la antipolítica
con el kadership neopopulista y
reaccionario de los Le Pen, Berlusconi, Haidery Bossi en el ámbito de
Europa, no faltan elementos para
afirmar que el fenómeno se ha
revelado fuertemente enraizado en
nuestras sociedades latinoamericanas a partir de la década de los
90, cuando la "forma partidista de
hacer política" entra en tranco
retroceso: el modelo de la "democracia de partidos", que se había
impuesto en las diversas transiciones postautoritarias de los 80, va...