Democracia
PUBLICADO EL 17 AGOSTO 2011
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MIGUEL ÁNGEL PADILLA
En el seno de esta crisis que ha levantado indignados a muchos jóvenes –jóvenes de espíritu, con sueños y capacidad de rebeldía–, se abre la necesidad de un espacio social para la reflexión, para profundizar sobre nuestrarealidad y sobre algunos de los factores que constituyen la naturaleza social y democrática de nuestro mundo actual.
Si ante los problemas acuciantes de la crisis económica, el paro, la instrumentalización de los medios de comunicación o de la política en beneficio de intereses partidistas o financieros; si ante los graves desequilibrios mundiales de las guerras, los desplazamientos de refugiados o lapobreza (solo las 10 personas más ricas del mundo acumulan lo que necesitan los más de 1500 millones de seres humanos que se encuentran en la pobreza); si ante todo esto solo nos quedamos en los efectos y no buscamos las causas, creyendo que con realizar un cambio en el sistema democrático o financiero basta, la crisis con sus consecuencias, aunque fluctúe, no hará sino agravarse. El edificio estáen ruinas, el terremoto ha puesto de relieve deficiencias estructurales importantes… y algo más.
Qué duda cabe de que son numerosas las cosas que hay que cambiar en el sistema, y deben cambiarse, pero si afinamos nuestro sentido común, más allá de lo que vemos hay un elemento esencial que está fallando, que se está corrompiendo: se trata del propio ser humano y su escala de valores, sus metas, sucalidad humana y su sentido.
Ya sé que en este río revuelto muchos saldrán a proponer sus credos o doctrinas como redentores de los males presentes, ya sean progresistas o conservadores, anarquistas, demócratas, republicanos o monárquicos. Soy filósofo, y como tal no puedo sino ahondar en las raíces del problema, y las raíces casi siempre son humanas. Lo cierto es que es necesario revisar las ideasesenciales sobre las que se construyen la convivencia social y nuestros logros democráticos. Las crisis suponen una buena ocasión para ahondar en nuestros fundamentos, tomar las riendas y poder reorientar nuestra vida.
Gran parte de los vaivenes sociopolíticos de los últimos siglos se han debatido en el difícil equilibrio entre el Estado y el individuo, entre el deber ante la comunidad y lalibertad individual. El Estado no puede anular al individuo, pero sin él las garantías de justicia y equilibrio social, especialmente de los más débiles, se desvanecen en una selva donde el más fuerte tiene libre el territorio de caza. Sin embargo, muy a menudo se nos olvida que la finalidad del Estado es el individuo, las personas y no las instituciones o los sistemas, y que sin el compromisoindividual no se construye un verdadero Estado que garantice esa justicia social.
Hoy la economía, la política, incluso la ciencia y la tecnología tratan de justificarse a sí mismas como un fin al que finalmente servimos todos, cuando debería ser al contrario: tanto la política como la economía no deberían olvidar que su fin es servir a todos los seres humanos para darles oportunidades de desarrollo ycrecimiento personal en un marco de bienestar.
Viene a mi memoria una frase de Einstein (lo reflejo porque no era político sino científico y humanista), para el que la democracia simboliza el respeto del individuo en cuanto persona: “el Estado no puede ser lo más importante: el individuo creador, sensible, solo de él sale la creación de lo noble, de lo sublime. Lo masivo permanece indiferente alsentir y al pensamiento”.
¿Qué es la democracia?
Las democracias actuales suponen una etapa en el devenir histórico en la que el ser humano reconoce su igualdad esencial con los demás afirmando el valor y dignidad de cada individuo y su necesidad de libertad. Recordemos lo que supuso el paso de las monarquías absolutistas o las dictaduras totalitarias a las democracias. Sin embargo, el concepto de...
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