Democracias y Dictaduras en los años treinta
Páginas: 9 (2247 palabras)
Publicado: 29 de mayo de 2013
Hª CONTEMPORÁNEA UNIVERSAL
DEMOCRACIAS Y DICTADURAS EN LOS AÑOS TREINTA.
FELICIANO PÁEZ-CAMINO
La cuarta década del siglo XX, la de los años treinta, se abrió cuando empezaba a difundirse por el mundo la depresión económica y se cerró cuando se estaban produciendo los primeros enfrentamientos de la segundaguerra mundial. Dos hitos cronológicos parecen apropiados para jalonar el decenio: la crisis bursátil estadounidense que estalló el 24 de octubre de 1929 y el ataque alemán a Polonia que se desencadenó el 1 de septiembre de 1939. No faltan estímulos para procurar una interpretación global del decenio a la luz de la relación existente entre esos dos acontecimientos, que dieron inicio,respectivamente, a una crisis económica y a un conflicto bélico que, en ambos casos, alcanzaron una dimensión mundial.
Los historiadores de la economía presentan un panorama general según el cual la depresión económica tocó fondo en 1932 ó 1933, iniciándose luego una difícil recuperación, con un retroceso en 1937, de modo que la superación del ciclo depresivo no culminó hasta comienzos de los añoscuarenta y estuvo en buena parte asociada a la influencia del rearme en la reactivación económica. Los historiadores de la política han subrayado habitualmente la influencia que las dificultades económicas, y sus devastadores efectos en el tejido social, tuvieron en la tendencia a la quiebra de las democracias y a su sustitución por regímenes autoritarios. Por su parte, los estudiosos de las relacionesexteriores han ponderado a menudo el peso que tanto los factores económicos como los relativos a la política interior ejercieron en la dinámica internacional conducente a la guerra. No es extraño, pues, que en la historiografía sobre los años treinta se destaquen, formando a menudo una articulación lógica, estos tres elementos: depresión económica, crispación o radicalización política y deteriorode las relaciones internacionales. Ellos caracterizaran a esta segunda década del periodo de entreguerras en contraposición con la primera, cuyos años habrían sido merecedores de la etiqueta de felices veinte.
Pero, en este asunto como en tantos otros, las visiones lineales y explicaciones demasiado simples se avienen mal con una observación minuciosa y matizada. Eso ocurre en lo que atañe a larelación existe entre crisis económica y crisis política, donde resulta evidente que siempre aquélla precedió a ésta. Una afirmación reciente de un notable especialista en historia política, Rene Rémond, resume con nitidez la cuestión: la oposición a las instituciones parlamentarias como principio de la democracia representativa no había esperado, para afirmarse, a que la crisis mundial viniera aabatirse sobre las economías europeas; la puesta en cuestión del orden establecido comenzó a expresarse ya desde mediados de los años veinte, es decir, en un momento en que Europa había recobrado estabilidad y prosperidad. Está claro que, en esa década de los veinte, y por lo que a Europa se refiere, se habían producido ya cambios de orientación autoritaria en países del Sur, como Italia. Españay Portugal, y del Este, como Bulgaria, Polonia y Lituania.
Otra faceta de la cuestión es que, aun en los lugares donde la crisis tiene un impacto económico y social análogo, sus efectos sobre la vida política no fueron necesariamente coincidentes. Roosevelt y Hitler, por ejemplo alcanzaron el poder prácticamente al mismo tiempo, en países que vivían parecidas situaciones de quebranto; perodifícilmente puede extenderse el parangón entre ellos a la forma en que ejercieron el poder político en ocasiones, la crisis económica tuvo respuestas, no ya diferentes, sino de signo opuesto, en países geográficamente próximos. Así ocurre que la misma depresión que creó condiciones favorables para el ascenso nazi y la quiebra de la democracia en Alemania constituyó la ocasión para un auge de la...
DEMOCRACIAS Y DICTADURAS EN LOS AÑOS TREINTA.
FELICIANO PÁEZ-CAMINO
La cuarta década del siglo XX, la de los años treinta, se abrió cuando empezaba a difundirse por el mundo la depresión económica y se cerró cuando se estaban produciendo los primeros enfrentamientos de la segundaguerra mundial. Dos hitos cronológicos parecen apropiados para jalonar el decenio: la crisis bursátil estadounidense que estalló el 24 de octubre de 1929 y el ataque alemán a Polonia que se desencadenó el 1 de septiembre de 1939. No faltan estímulos para procurar una interpretación global del decenio a la luz de la relación existente entre esos dos acontecimientos, que dieron inicio,respectivamente, a una crisis económica y a un conflicto bélico que, en ambos casos, alcanzaron una dimensión mundial.
Los historiadores de la economía presentan un panorama general según el cual la depresión económica tocó fondo en 1932 ó 1933, iniciándose luego una difícil recuperación, con un retroceso en 1937, de modo que la superación del ciclo depresivo no culminó hasta comienzos de los añoscuarenta y estuvo en buena parte asociada a la influencia del rearme en la reactivación económica. Los historiadores de la política han subrayado habitualmente la influencia que las dificultades económicas, y sus devastadores efectos en el tejido social, tuvieron en la tendencia a la quiebra de las democracias y a su sustitución por regímenes autoritarios. Por su parte, los estudiosos de las relacionesexteriores han ponderado a menudo el peso que tanto los factores económicos como los relativos a la política interior ejercieron en la dinámica internacional conducente a la guerra. No es extraño, pues, que en la historiografía sobre los años treinta se destaquen, formando a menudo una articulación lógica, estos tres elementos: depresión económica, crispación o radicalización política y deteriorode las relaciones internacionales. Ellos caracterizaran a esta segunda década del periodo de entreguerras en contraposición con la primera, cuyos años habrían sido merecedores de la etiqueta de felices veinte.
Pero, en este asunto como en tantos otros, las visiones lineales y explicaciones demasiado simples se avienen mal con una observación minuciosa y matizada. Eso ocurre en lo que atañe a larelación existe entre crisis económica y crisis política, donde resulta evidente que siempre aquélla precedió a ésta. Una afirmación reciente de un notable especialista en historia política, Rene Rémond, resume con nitidez la cuestión: la oposición a las instituciones parlamentarias como principio de la democracia representativa no había esperado, para afirmarse, a que la crisis mundial viniera aabatirse sobre las economías europeas; la puesta en cuestión del orden establecido comenzó a expresarse ya desde mediados de los años veinte, es decir, en un momento en que Europa había recobrado estabilidad y prosperidad. Está claro que, en esa década de los veinte, y por lo que a Europa se refiere, se habían producido ya cambios de orientación autoritaria en países del Sur, como Italia. Españay Portugal, y del Este, como Bulgaria, Polonia y Lituania.
Otra faceta de la cuestión es que, aun en los lugares donde la crisis tiene un impacto económico y social análogo, sus efectos sobre la vida política no fueron necesariamente coincidentes. Roosevelt y Hitler, por ejemplo alcanzaron el poder prácticamente al mismo tiempo, en países que vivían parecidas situaciones de quebranto; perodifícilmente puede extenderse el parangón entre ellos a la forma en que ejercieron el poder político en ocasiones, la crisis económica tuvo respuestas, no ya diferentes, sino de signo opuesto, en países geográficamente próximos. Así ocurre que la misma depresión que creó condiciones favorables para el ascenso nazi y la quiebra de la democracia en Alemania constituyó la ocasión para un auge de la...
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