Demoliendo mitos

Dedicado a Emiliano, Valentina y Raúl Enrique, con todo el inmenso amor que pueda caber en el mundo, que cuando menos a Uds. pueda serles útil en algo-
PRÓLOGO
Aceptamos prologar este ensayo de Raúl Zapata con entusiasmo; no con un simple interés o por una evidente identificación espiritual ¡o emocional! con el autor, sino con entusiasmo. Porque en estas páginas -entre muchas otras-encontramos plasmada una idea que para nosotros es esencial, cada vez más esencial: que la ética tiene que ver con principios y valores presuntamente universales, absolutos y, por supuesto, abstractos, ¡¡pero tiene que ver mucho más con las vivencias de los seres humanos, con la existencia concreta, con la batalla total que cada día hay que dar contra la vida y contra el mundo; tiene que ver con lasvísceras, las hormonas, neuronas, dendritas, tentaciones, provocaciones, amenazas, riesgos, costos y chantajes que la realidad a cada momento nos pone por delante!!
Aceptamos escribir estas líneas con entusiasmo, porque nos cautivaron expresiones como las que a continuación transcribimos, ideas asociadas a un subtítulo -La Ética y yo- que ya por sí solo expresaría el carácter nítidamente existencial queRaúl logra darle a sus reflexiones. Veamos dos breves párrafos:
“Mis vísceras suelen jugarme malas pasadas, conspiran contra mi intelecto y suelen avergonzarme de mi conducta y de mis emociones”. “Confieso además, que con frecuencia mi vehemencia me hace caer en estados de delirio en los que me siento embargado por una infinita seguridad y evidencia; entro en estados de éxtasis, me siento en unmundo de ficciones donde la certeza se me hace presente y por momentos, sólo por momentos, el escepticismo y la duda desaparecen” (las negritas son nuestras).
Allí está planteado, con fuerza, lo que consideramos el problema central de la ética: no me cabe la menor duda de que el Ser Humano es “imagen y semejanza de Dios”; pero tampoco me caben dudas de que somos también “imagen y semejanza de lasbestias”, de la animalidad, de nuestras vísceras y hormonas más lamentables.
Somos, ¿qué duda puede caber? seres espirituales, “pura posibilidad de ser”, tal como las vivencias concretas de Raúl Zapata lo expresan y como un filósofo del siglo XX, en una afortunada expresión, nos definió; afortunadamente nuestro espíritu no es como nuestras manos ni como nuestras rodillas, que son finitas;afortunadamente él es, de verdad, un ente infinito, inefable, sagrado; ¡pero nada de ello, por sublime que sea, puede hacernos olvidar que somos también animales, que nuestras vísceras “conspiran contra nuestro intelecto”. Y contra nuestra capacidad moral, agregaría yo.
Pero el segundo párrafo citado de Raúl pone el énfasis en algo todavía mucho más concreto que la simple animalidad, algo que puederestringir aún con mayor fuerza nuestras posibilidades éticas: la psicología, la psiquis, la compleja trama de procesos mentales que nos condicionan de manera brutal.
Esta relación entre la ética y la psiquis merece ser enfatizada con fuerza. Porque la Civilización Occidental, que -desde Freud- apenas tiene cien años de haber empezado a desarrollar plenamente la esfera de lo psiquiátrico, no halogrado todavía una conexión adecuada entre dicha esfera y la de la moral. O, para decirlo tal como es y con toda la gravedad que implica: Occidente no ha logrado todavía superar la visión o el enfoque que por más de 5.000 años la dominó, la disociación radical entre psicología y ética.
Porque en efecto, por algo así como 5.000 años, la esfera de la ética ha estado mas claramente asociada a la de losagrado, en el caso de las grandes religiones occidentales; y ha estado asociada, por otro lado, a la filosofía y al pensamiento racional ¡o al derecho! en el caso de la vertiente que proviene directamente de la cultura greco-romana. En ninguna de estas dos grandes fuentes, o matrices, de la Civilización Occidental se ha puesto suficiente énfasis en la conexión entre el bien y el mal, por una...