Demons Angelica Ramirez
Ramirez
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Demons
Demons
A n g e l i c a
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R a m i r e z
Angelica
Ramirez
El Portal Del Escritor
Demons
elportaldelescritor@hotmail.com
Editado por El Portal Del Escritor
Primera edición: Marzo 2015
© 2013 Angelica Ramirez
© 2015 El Portal Del escritor
Diseño y diagramación:Luis M. Sarmiento
Nuemero de Registro: 1412082719432
Quedan prohibidos, dentro de los límitesestablecidos en la ley y
bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total
o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea
electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o
cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa
y por escrito de los titulares del copyright.
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Demons
Para M. J. Starligth
Por soñar, por reír, por crearconmigo.
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Angelica
Ramirez
Agradecimientos
La lista de personas a las que agradecer es corta pero importante. Para empezar quiero agradecer a M. J. Starligth, por
ser una gran amiga, un apoyo incondicional y la primera fanática de esta historia, que se volvió el puente de nuestra amistad a pesar de la lejanía. Gracias infinitas a Nicoll Ortiz, la fan
número uno de Eliot, por tu apoyo ymotivación. A Yanci
Lara por el cariño que le tomo a la historia y la confianza que
deposito en mí. Y a todos los lectores que a lo largo de estos
años han apoyado a la novela y a la autora. Por la paciencia, los
regaños y las muestras de cariño.
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Demons
¿Alguien puede escucharme? ¿Pueden escucharme?... Estados
Unidos ha caído. Repito, Estados Unidos ha caído. La ciudad de
Washington fue reducida acenizas. No hay sobrevivientes. Repito,
no hay sobrevivientes. ¿Pueden escucharnos? ¿Alguien?... Es imposible dar un número definitivo de decesos. Estamos… estamos
perdidos. ¿Alguien puede escucharnos? ¿Alguien?
Mensaje del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
06 de Noviembre del 2020.
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Angelica
Prologo
dia
negro
—¿Quieres dejar de moverte?
El chico desistió al final y bajó lacámara. El viento y el sol
le azotaban el rostro, el atardecer se acercaba a gran velocidad.
— Vamos. — dijo ella — ¿No que algún día serías un famoso fotógrafo? ¿Cómo es posible que no puedas tomar la
fotografía de una niña?
—Eso es posible, más cuando la niña es tan fastidiosa e hiperactiva como tú.
Ella dió otro giro sobre las puntas de sus pies, su cabello
castaño rojizo flotó alrededor de su rostroformando un halo
que resplandeció a la luz del atardecer. Terminó con una exagerada reverencia. Sus ojos azules flamearon con diversión.
—Pocos tienen el privilegio de poder soportarme. No me
hagas reconsiderar la posibilidad de que continúes haciéndolo.
—Que Dios me de paciencia, Abi.
Él volvió a apuntar con la cámara. Le tomó varios disparos
el obtener la fotografía perfecta, en la cima de aquelacantilado
mientras el sol se ponía. Abigail Wilson y Daniel Lambert,
amigos de la infancia, disfrutaban de aquella tarde de Noviembre del 2020. En las afueras de la ciudad de San Francisco.
Abigail fue la primera en notarlo, el piso vibrando bajo sus
gráciles pies de bailarina. El viento arreció de manera repentina, lanzándole el cabello sobre la cara. Daniel retrocedió un
par de pasos pendientehacia abajo cuando perdió el equilibrio. Abi se giró en redondo, sus ojos escudriñaron el hori-
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Ramirez
El
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zonte con sus colores rojos y rosados, el mar brillante debido a
la puesta del sol. No entendía que ocurría. Todo estaba silencioso, demasiado silencioso. Un escalofrío recorrió su espalda.
—¿Abi? —la llamo Daniel, claramente nervioso.
—Cállate. —siseó ella sin darse lavuelta.
Él se encaminó hacia ella, con su cabello negro encrespado
a causa del aire. Tenía un suave tono chocolate en la piel y
ojos verdes. La cámara colgaba de su cuello. En un principio
ninguno de los dos logró ver lo que ocurría. Abi sonrió tímidamente, convencida de que tantas horas bajo el sol los habían
afectado.
Ella abrió la boca para hablar, pero las palabras quedaron
atoradas en su...
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