Deortes
El 9 de febrero es y seguirá siendo el Día del Periodista en Colombia. Se determinó que así debía ser para conmemorar la aparición del primer número de unapublicación, que un opositor del gobierno de la época colonial, (Manuel Rodríguez), lanzó a la luz pública con ideas que después germinaron y dieron vida a lo que hoy es la república de Colombia. Esta fue laprimera publicación con características similares al periodismo de hoy. No incluyeron temas procedentes de la oficina de prensa del virrey, persona que a cada momento explotaba emocionalmente lanzandoacusaciones temerarias contra quien se había atrevido a pensar y actuar diferente a él. Terminaron asesinándolo. No tenía licencia gubernamental y todo su contenido era de sabor político mostrandoerrores y pecados del gobierno. Para los mandatarios de la colonia como los de hoy, divulgar ideas fuera de los límites establecidos por ellos, era una actividad detestable. Quienes reclamaban garantías ypensaban socialmente eran abominables, merecían ser satanizados, el destierro o la pena de muerte. Hoy como ayer, desde la presidencia de la república señalan a los periodistas que hacen su labor comodebe ser y sin formula de juicio, "se les coloca una lápida en la espalda". Ayer como hoy la paz se obtenía matando, el diálogo no estaba en las posibilidades de ser usado.
Hoy, muchos siglosdespués, dentro de un gobierno que dicen encaja en el término "democrático", la norma sobresaliente y predicada en el periodismo, es la autocensura. Esta vergonzosa costumbre de impedir la luz de a laverdad salga, tiene dos ángulos. El primero, intimidando al comunicador, matándolo o desterrándolo por hablar o escribir sin permiso de las fuerzas violentas. En esta modalidad la presión la ejercen losparamilitares, para políticos, guerrilleros y funcionarios públicos de muy variado rango. Los hay desde la presidencia de la república hasta el alcalde del más abandonado municipio, militares,...
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