Dependencia afectiva
Las frases más frecuentes que se suelen escuchar son:
“Cuando él me llama no puedo decirle que no. Después, como siempre, él desaparece y siento mucha rabia por no haberledicho que no”. “Todo el tiempo pienso en ella. No puedo concentrarme en otra cosa”.
“Toda vez que pienso en terminar esta relación, entro en pánico”.
“Cuando él no me llama por teléfono, tengocrisis de llanto, de angustia, insomnio, falta de apetito (o exceso), depresión y soy incapaz de concentrarme”.
Existen también aquellos pacientes que relatan que ya perdieron la cuenta de cuántas vecesrompieron, terminaron la relación y volvieron con la misma persona por no poder estar sin el compañero.
De la misma forma que un drogadicto, un alcohólico o un jugador, este ser es normalmenteincapaz de librarse de esa dependencia; el “dependiente afectivo” también se siente incapaz de salir de una relación afectiva mala o destructiva. La queja de un dependiente afectivo no difiere mucho dela de un drogadicto con relación a su incapacidad de salir de esos vínculos tóxicos.
Los animales desde muy pequeños se desvinculan de sus padres y normalmente, se insisten en continuar queriendomamar más allá del tiempo necesario, logran una patada de la madre. Por otro lado, nosotros, seres humanos, somos muy frágiles y, durante mucho tiempo, somos totalmente dependientes de nuestros padres.Llamamos simbiosis primaria cuando hay una relación de dependencia (saludable) entre la madre y el bebé, de la misma forma como ocurre con todos los seres del reino animal. Por otro lado, denominamossimbiosis secundaria cuando la dependencia (recíproca) continúa y, en muchos casos, va hasta el final de la vida. Este tipo de dependencia sólo existe entre los humanos, no ocurre lo mismo con otrasespecies del reino animal. De esta forma, en la simbiosis secundaria, muchos hombres y mujeres reproducen esa relación parasitaria en sus relaciones amorosas. Entonces, si un hombre tuvo una madre...
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