Dependencia Emocional
Páginas: 3 (599 palabras)
Publicado: 23 de febrero de 2013
Dependencia emocional
Es cierto que, conforme nos internamos en la vejez, disminuye nuestra velocidad de crucero y nuestra independencia de vuelo.
A más de alojar las enfermedades crónicodegenerativas – Diabetes, Hipertensión, Artritis – baja la capacidad de los órganos de los sentidos, particularmente la vista y el oído.
Todo esto, por regla natural, provoca cierta dependencia, queserá manejable en la medida que la podamos resolver sin mucho aspaviento, pues la limitación física se transforma en minusvalía sólo cuando el anciano no dispone de los recursos para procurarse losapoyos necesarios sin tener que esclavizar a quienes están cerca.
La verdadera amenaza es la dependencia emocional, porque establece una liga que se convierte en una carga, para nosotros y paraellos.
Esta situación está condicionada por la expectativa absurda de que nuestra familia debe atender a nuestras necesidades, y mantenerse alerta para subsanar aún aquellas que no hemos expresado.Cuando caemos en la trampa de la dependencia emocional, vivimos recriminando a nuestros hijos por el abandono y la pobreza. Les hacemos cargar con la grisura de nuestra vida y les ponemos ensituación comprometida, al distraer los recursos que tienen para su crecimiento en cuotas extraordinarias para atender a nuestras necesidades reales o inventadas.
Para ponerse a salvo de esta situaciónde dependencia, que mucho daña nuestra calidad de vida, los jubilados tenemos recursos que serán suficientes si los sabemos usar.
Para empezar, tenemos un servicio médico pago; bueno o malo, laverdad es que a largo plazo no existe gran diferencia en cuanto a efectividad con los carísimos servicios privados.
Es obvio que somos nosotros quienes debemos abrir los caminos para la asistenciamédica. Tenemos tiempo para hacer antesalas y la capacidad de transportarnos a la policlínica.
Pero sobre todo debemos aplicar una fórmula mágica que nos garantiza un servicio cálido, oportuno y...
Es cierto que, conforme nos internamos en la vejez, disminuye nuestra velocidad de crucero y nuestra independencia de vuelo.
A más de alojar las enfermedades crónicodegenerativas – Diabetes, Hipertensión, Artritis – baja la capacidad de los órganos de los sentidos, particularmente la vista y el oído.
Todo esto, por regla natural, provoca cierta dependencia, queserá manejable en la medida que la podamos resolver sin mucho aspaviento, pues la limitación física se transforma en minusvalía sólo cuando el anciano no dispone de los recursos para procurarse losapoyos necesarios sin tener que esclavizar a quienes están cerca.
La verdadera amenaza es la dependencia emocional, porque establece una liga que se convierte en una carga, para nosotros y paraellos.
Esta situación está condicionada por la expectativa absurda de que nuestra familia debe atender a nuestras necesidades, y mantenerse alerta para subsanar aún aquellas que no hemos expresado.Cuando caemos en la trampa de la dependencia emocional, vivimos recriminando a nuestros hijos por el abandono y la pobreza. Les hacemos cargar con la grisura de nuestra vida y les ponemos ensituación comprometida, al distraer los recursos que tienen para su crecimiento en cuotas extraordinarias para atender a nuestras necesidades reales o inventadas.
Para ponerse a salvo de esta situaciónde dependencia, que mucho daña nuestra calidad de vida, los jubilados tenemos recursos que serán suficientes si los sabemos usar.
Para empezar, tenemos un servicio médico pago; bueno o malo, laverdad es que a largo plazo no existe gran diferencia en cuanto a efectividad con los carísimos servicios privados.
Es obvio que somos nosotros quienes debemos abrir los caminos para la asistenciamédica. Tenemos tiempo para hacer antesalas y la capacidad de transportarnos a la policlínica.
Pero sobre todo debemos aplicar una fórmula mágica que nos garantiza un servicio cálido, oportuno y...
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