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Si la lectura es la puertade entrada al conocimiento a los ecuatorianos, en particular a los niños y jóvenes, les espera un futuro incierto.
El Ministerio de Cultura realizó una encuesta entre el 6 y 8 de octubre pasadosobre el uso del tiempo y espacios públicos, en la Sierra y la Costa. La muestra fue de 1.960 casos, mayores de 16 años. Antes que leer un libro, los encuestados prefieren hacer deporte, ver televisión,descansar, leer el periódico, trabajar, limpiar, arreglar la casa y escuchar música.
Según Eduardo Puente, director de la Biblioteca de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y asesorexterno del Ministerio de Cultura, quien cita el Plan Nacional del Buen Vivir, el promedio de lectura de los ecuatorianos es de tres horas a la semana. No es una lectura enfocada a la ciencia y la cultura.Poco, si se toma en cuenta que en el mismo lapso escuchan en promedio seis horas de radio y ven la tele durante 10 horas. Por eso la escritora y articulista Cecilia Velasco dice que los ecuatorianosleen en promedio al año medio libro, según su artículo “Libros, libres”, publicado en Diario Hoy on line el 20 de abril pasado.
Bibliotecas buscan lectores
¿Por qué no se lee? El problema esestructural. Unos creen que los niños y los jóvenes no leen porque sus maestros tampoco leen; otros piensan que se debe al alto costo de los textos.Todos coinciden en que la única manera de garantizar elacceso a la lectura son las bibliotecas.
Según FLACSO, en el país hay cerca de 800 bibliotecas públicas: una por cada 17.500 habitantes. La mayoría de centros educativos no cuenta con una: de 29.212establecimientos fiscales y fiscomisionales, solo 1.535 tienen un centro de libros.
Sin embargo, “En colegios de clase media y media alta se lee cada vez más. Hay colegios en los que se lee un libro...
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