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Estas primerassalas presentaban, por supuesto, películas mudas, pero no por ello el espectáculo era silente. Por el contrario, las salas bullían de sonido, no sólo del pianista acompañante, sino de los espectadoresque comentaban a viva voz el film, lo que provocaba constantes quejas de cinéfilos en la prensa. Ir al cine en las primeras décadas del siglo XX era un gran evento. Los asistentes se vestían con sumejor tenida; no era raro ver los días domingo cines repletos con espectadores parados en los pasillos o incluso siendo desalojados por la fuerza pública, para evitar accidentes. Las desgracias eranbastante habituales en estas salas, ya que el soporte de los films (nitrato de celulosa) era sumamente inflamable. La lista de incendios de teatros es larga y lamentable. La autoridad, municipal primero yluego central, dictó sucesivas ordenanzas a partir de la década de 1910 para evitar las tragedias, como la de disponer de máquinas en buen estado, operadores calificados, pasillos amplios, prohibiciónde fumar, desinfección permanente (para evitar contagios de gripes), etc.
La espectacularidad del cine hizo que ya para comienzos de la década de 1930 el cinematógrafo desplazara al teatro comoprimera opción de entretenimiento de los chilenos. La mayor parte de los teatros ofrecían cada vez más cine y menos obras en vivo. Entre los dueños de teatros se aseguraba que el biógrafo era el mejor...
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