Depresion social
Un secuestrador mutila la tranquilidad, un violador se masturba pensando en su próxima víctima, el sicario se persigna frente a la Santa Muerte, nuestros políticos comenen restaurantes de lujo, y tú y yo nos encomendamos a un San Judas de yeso que parece indiferente. La muerte ya no es sólo una nota roja de Sinaloa. La violencia se pasea por nuestras calles. Y lapolicía se agazapa en su indiferencia. El presidente está rodeado de ineptos. Un taxi piraña espera para conducirte al infierno. Una bala perdida se incrusta en un dolor cada vez más cercano, cada vez máspróximo. Esta ciudad está en llamas. Y no hay forma de contener el fuego. Nos roban la esperanza, nos condenan al encierro, a clausurar las puertas y encender veladoras para encontrar calma en losrezos. Tus hijos no pueden jugar en las calles. Un autobús es asaltado a medio camino. Los ángeles de la guarda no se dan abasto. Este país se llena de sangre, de temor, de autoridades corruptas, deambición desmedida, de matones sin remordimientos, de narcogobernantes, de judiciales sin escrúpulos, de pederastas que se salen con la suya, de millonarios que lucran con el hambre, de tantas y tantascosas que nos agobian cada día. No hay soluciones a la vista. Y el pesimismo se vuelve nuestro inquilino. El gobierno subsidia la gasolina, cuando debería subsidiar la cultura. Sobran cantinas, faltanescuelas, escasean las oportunidades. Hay vacantes en el purgatorio. Esta crisis nos está asfixiando. No se puede ser optimista en un país de ladrones, de banqueros sinvergüenzas, de funcionarios queson socios de los poderosos. No, en definitiva, no hay esperanza para los que ganan el salario mínimo, para los jóvenes que trabajan y estudian, para los abuelos que se emplean de cerillos, para losniños sin fiesta de cumpleaños, para las madres solteras, para los que viajamos en Metro, para los que viven en calles que se inundan. No hay espacio para la ternura. La mayoría nos quedamos sin...
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