Derecho civil

En el concurrido café las tazas rebosantes de la litúrgica mezcla, aderezaban las largas disertaciones sobre la finitud del ser.
Estos fragmentos eidéticos, estas piezas de un complicado rompecabezas, revoloteaban en su memoria. De pronto..., hubo una pausa, un brevísimo momento, en esa conjunción de los pensamientos; un recuerdo emergió, en ese instante, sólido y tangible; era tan real, quepodía recrearse así mismo completamente. El juego le estaba resultando peligroso, no sabía por cuanto tiempo más, le iba a ser posible mantener a aquel ser a raya, de pronto cobraba vida propia; la última vez casi se le escapa.
No podía perder más tiempo, con cada nueva palabra se iba al carajo la posibilidad de salir ileso de la ineluctable situación.
Ininteligibilidad ésta que debíaresolver a la brevedad, las argucias de las que hasta ahora se había valido resultaban ya demasiado evidentes. El aceptó jugar y hasta ahora estaba en desventaja.
Aquella tarde perdida en el pasado, seria evocada por él, como único recurso, como un indisoluble artificio, que pretendía perder al otro en aquel mundo de recuerdos, ¡casi acierta...!; sus destellos memoriales lograron confundirlopor un momento; entusiasmado por los nuevos hallazgos, el otro se lanzó precipitadamente en busca de lo que consideraba la esencia de su historia, no pasó mucho tiempo, para que comprendiera el error y rectificara a tiempo: el viraje supuso un alerta total en todos sus sentidos, un orden más estricto en el movimiento de sus jugadas.
Se decía todo esto adornando sus palabras con pequeñasvolutas de humo indescifrables, eran un apoyo, una graficación efímera de sus pensamientos.
Recordaría en medio de la incertidumbre el fragmento de una poesía del otro, tenia la certeza de que la misma contenía las claves que descifrarían el problema, así que de memoria recitó para sí mismo aquella pequeña parte.

«La Palabra Sugiere
En sus formas Inasibles
Una Ilusión De Luz,Un Destello Deslumbrante
En La Memoria...»

Este recuerdo fue un baño fresco para su dúctil memoria, la pulcra ordenación de las palabras arrancó de él un suspiro evocador de ensueños.
Un escalofrió recorrió su cuerpo, por un instante creyó reconocer en aquellas palabras la absoluta absolución a su angustia, no cabía duda, el escrito, definitivamente, dejaba colar una leveesperanza; un súbito impulso lo incorporó de su postración; estaba decidido a seguir avanzando, no debía esperar un minuto más, cada segundo y cada una de sus fracciones eran importantes. Sabía en su interior que había atinado un magnífico golpe de revés, quedaban al descubierto los enredados hilos que configuraban la complicada madeja que ataba sus sueños; éstas claves delatarían cualquier intención defuga.
Un error más, un desliz semántico y se iban los dos al carajo.
Esa conjunción de fuerzas idiomáticas ensamblaban con sus tinglados una estructura complicada, una extraña columna dórica, majestuosa e imponente, pero al mismo tiempo controversial en su forma.
Absurda metafísica la incorporada al nuevo texto, exégesis de volátiles y elevados pensamientos que lo sumieron en unanálisis profundo, en el que se había propuesto como simple y elemental todo comienzo, sutil y magnífica palabra «Génesis». Tenia ahora que cambiarlo todo, enrumbar sus esfuerzos hacia fines más elevados, la teología sugería una excelente excusa para una solución momentánea. El sólo pretendía ganar un poco más de tiempo, tiempo que era indispensable para cubrir bien las huellas y al mismo tiempocamuflagear sus intenciones de cambio.

Absorto en sus pensamientos, sin darse cuenta, consumió el cigarrillo totalmente. El leve calor lo sacó de su abstracción; el pastoso sabor de la nicotina le produjo un desagradable malestar.
Cosa extraña ella había permanecido callada por mucho tiempo, ¿que tramaría?, en esa larga pausa de silencio, esa pausa que suele hacer un niño cuando realiza...