Derecho cultura
PRESENTACIÓN
Requerimos nuevas reflexiones sobre la relación entre derecho, cultura y política(s).
Ante los grandes retos contemporáneos, definidos por las ecuaciones de la globalidad y el neoliberalismo; la localidad y las alternativas económicas; la indigencia y el desarrollo; los fundamentalismos y el multiculturalismo; el narcisismo y la solidaridad; el formalismo y elgarantismo jurídico, entre otros, se exige continuar estudiando y debatiendo estrategias y formas para lograr el renacimiento de la esperanza humana.
La desesperanza tiene números: de acuerdo con un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo, de los seis mil millones de habitantes en el planeta, mil millones sobrevive con menos de dos dólares diarios de ingreso, otros mil viven conmenos de un dólar al día (más de cuatrocientos millones de ellos en América Latina y El Caribe, y alrededor de 50 millones en México) y mil más están subempleados, además de que otros 180 millones no cuentan con empleo.
A lo largo de los últimos treinta años, la brecha entre ricos y pobres se ha ensanchado: el 5 por ciento más rico de la población, que en 1960 ganaba 30 veces más que el 5 porciento más pobre, en 1999 ganó 74 veces más. Reconocidamente, América Latina, y México, en particular, es la región y uno de los países con mayor desigualdad social.
Además, procede tomar nota que dos tercios de las mujeres que trabajan en el Tercer Mundo están en la economía informal; que en la última década el número de pobres en América Latina y El Caribe aumentó de 121 a 132 millones, y que,en los próximos diez años, mil millones de jóvenes tocarán las puertas del mercado laboral con dudoso optimismo.
Más aún, la pobreza no es exclusiva de los países no industrializados. En veinte de éstos, más del 10 por ciento vive con menos de la mitad del salario promedio en esos países, de tal forma que son posibles otras inferencias en torno a los desafíos de nuestro tiempo:
La dilución decentros y periferias en un todo global rejerarquizado; la democratización y la ciudadanía incompleta, sobre todo en el Sur pero también en el Norte del planeta; la desterritorialización de la política y la degradación de las instituciones; la hegemonía militar unipolar y la guerra (in)justa; el terrorismo dogmático y el del mercado, todo ello involucra también otros desencantos: ladespriorización y la eliminación de las culturas.
De las torres gemelas a las bibliotecas irakíes; de la supresión de idiomas minoritarios al plagio abierto de la propiedad intelectual; o bien, de la supermilitarización a la reducción de presupuestos educativos y para la salud, el panorama para el ámbito cultural es claramente adverso, pero no por ello debemos abandonar la lucha, sino por el contrario.
Porello, Derecho y Cultura se hace cargo de la importancia de tales retos.
En este nuevo número, proponemos transitar por la vía de una concepción amplia, profunda y múltiple de la política y el fomento a la cultura.
Por una parte, asumimos a la cultura en términos de la antropología cultural y la antropología psicológica, es decir, en el más extenso sentido del término "cultura", para hurgaren los cimientos que sostienen desde el individuo la cultura jurídica y el Estado de derecho, en busca de las fuentes de su deficiencia para intentar su reconstrucción.
Por la otra, nos concentramos en la "cultura" en su sentido convencional, esto es, como conjunto de símbolos, bienes y servicios operables, objetivables y mensurables con el objeto de identificar fortalezas e insuficiencias enperspectiva histórica nacional y en comparación con entidades federativas, como también ante el exterior.
Con esa idea en mente, en este número incluimos un interesante ensayo de Eduardo Ramírez que hurga en la teoría freudiana las claves para la (re)construcción de una personalidad consecuente con el cumplimiento de las normas jurídicas; otro de Luis Felipe Crespo que pasa revista a la...
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