Derecho De Los Contratos

Derecho de Contratos

1. EL CONTRATO
EL CONTRATO. CONCEPTO Y EVOLUCIÓN
Aproximación a la idea de contrato: el contrato es el intercambio de bienes y servicios entre las personas. El aspecto patrimonial de este intercambio es una de las bases del contrato, sin ella no se da como tal. Las dos características fundamentales y necesarias del contrato son el acuerdo de voluntades y el carácterpatrimonial de la relación contractual.
El contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas por el que se crean, modifican o extinguen relaciones jurídicas de carácter patrimonial. Nuestro CC regula los contratos de forma general dentro del Título II del Libro IV, comprendiendo los art. 1254 y ss. Además el CC contiene igualmente una regulación específica de diversos contratos, aunque enningún caso este Código es la única fuente que regula la materia contractual, existiendo otras muchas leyes especiales como por ejemplo la Ley de Arrendamientos Urbanos. El CC no define lo que es el contrato, sólo lo regula como vemos en los siguientes artículos:
Si examinamos estos artículos del CC veremos que el 1254 establece: “El contrato existe desde que una o varias personas consienten enobligarse, respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”. Además el contrato es una fuente de obligaciones, según el art. 1089 “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia”.
Kelsen estableció la distinción entre contrato como acto y como norma, el primerocomo un acto jurídico y el segundo como un precepto o una regla de conducta. La concepción del contrato como fuente de obligaciones en base exclusiva al acuerdo de las partes es fruto de una larga evolución histórica pues el Derecho Romano no nos la legó así. La apertura total a la concepción moderna del contrato se desencadena cuando a la voluntad humana se la considera como eje de la obligación; sialguien queda obligado es porque ha querido obligarse. Esto es el resultado de la influencia de canonistas, que probablemente por una serie de motivos religiosos afirman el deber de fidelidad a la palabra dada, y de las necesidades prácticas del tráfico mercantil, contrario a la tipificación contractual romana y a sus inútiles formalismos, que llevan a su decadencia y favorable al principio conarreglo al cual el solo consentimiento obliga.
La exaltación de la autonomía de la voluntad lleva como consecuencia ineludible la exaltación de la idea de contrato en la época en la que florece la economía liberal del laissez faire laissez passer. Sin embargo, esto entra en crisis ya que la igualdad entre las partes se revela como un sarcasmo cuando hay inmensas masas que no tienen nada, existiendoademás monopolios y oligopolios. Todo ello hace que la intervención del Estado se reclame cada vez más para que facilite el buen funcionamiento de las fuerzas económicas.
La intervención estatal supone la limitación de la autonomía de la voluntad: cuando los agentes gozan de supremacía en el mercado, es evidente que para ellos no debe regir el principios de la libre y absoluta libertadcontractual; además se establecen normas de ius cogens que constituyen los derechos y deberes de las partes, aunque permitiendo las cláusulas voluntarias que sean más favorables para la parte que se quiera proteger.
El contrato se halla en un continuo cambio, y desde que se promulgó el CC se ha producido una evolución. El principio de autonomía de la voluntad o de autonomía privada en materia de contratosrecogido en el art. 1255 “Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público” sería el que debería regir en todos los contratos, sin embargo hoy en día cada vez la realidad se aleja más de esto, ya que hoy abundan los denominados contratos de adhesión, en los que una parte...