Derecho penal: caso práctico del principio de legítima efensa

Derecho Penal: aplicación del art. 20.4 del CP. Legítima defensa.

El día 14 de octubre de 2005, cuando la propietaria de la Joyería Alvioro, doña María del Carmen Jiménez, habría dicho establecimiento, dos individuos (Enrique Galiano y Miguel Rodríguez) penetraron en el mismo obligando a la propietaria a acceder a la zona blindada interior del local a la vez que le amenazaban con un armablanca con la intención de atracar en la joyería.
Lógicamente, en dicho lugar se guardan bienes jurídicos de alto valor y protegidos, por tanto, por el Derecho Penal; ésto es importante para determinar, más tarde, si se trata de una agresión, además de ilegitima, y contra que bienes, bien sean inmuebles o muebles.

Los delincuentes, con antecedentes penales, e incumpliendo claramente su condena,realizan una conducta de robo con intimidación, existiendo dolo directo de primer grado ya que esperan justamente a que abra la zona interior de seguridad y le indican posteriormente la apertura de la caja fuerte, por lo que la conducta de los atracadores es antijurídica e imputable, por lo tanto realizan una acción culpable; la acción de mostrar y encarar de forma intermitente el arma blanca alvigilar a la señora propietaria uno de los sujetos, demuestra una clara intención intimidatoria y amenazadora, lo que sumado al robo de la multitud de joyas existentes en el local por parte del otro sujeto, afirma que nos encontramos de esta manera con la concurrencia por parte de los atracadores de una acción tipificada en el artículo 169.1 CP como amenaza, y en el 237 CP como robo.

Respecto a laacción realizada por doña María del Carmen Jiménez, resulta que tras la llegada del marido, al darse cuenta de la situación existente en el interior del establecimiento los encierra dentro de la tienda; debido a la tensión del momento, uno de los ladrones intenta salir golpeando el cristal, y en un momento de descuido del sujeto que vigilaba a la propietaria, ésta saca un revolver de un cajónpróxima a ella, y en relación con la situación de peligro inherente en dicho instante, dispara al ladrón con la intención y la finalidad de defenderse, y al intentar éste incorporarse realiza un segundo disparo, consecuencia del cuál cae finalmente el suelo el sujeto soltando a su vez el arma blanca con el que amenazaba a doña María del Carmen Jiménez; por lo tanto, la acusada ejerce una acciónfinalista y tipificada en el Código Penal, artículo 138, al disparar al atracador produciéndole la muerte.

Pero, a raíz de los hechos probados y expuestos, es claro que la propietaria del establecimiento actúa en legítima defensa de su persona y derechos propios, por lo que aunque la acción sea típica no es antijurídica, ya que la acción se produce en defensa propia, lo cuál es causa dejustificación de una acción típica en referencia al artículo 20.4 CP.
Se puede afirmar que la acusada actúa en defensa propia por la concurrencia de los siguientes motivos:

1) Existe agresión ilegítima por parte de los atracadores tal y cómo hemos explicado anteriormente.
2) Hay necesidad racional de la utilización del revolver ante esta situación ya que la agresión ilegítima es inminente,peligrosa ex ante; tampoco tenía otro medio con el que poder defenderse ante un arma blanca portada por un hombre de mayor corpulencia y peligrosidad. Además, la necesidad de la defensa no supone que, sin ella, sea inevitable la agresión, en este sentido una posible huida por parte del agredido no excluye de la necesidad de defensa; debiendo añadir que también incurren en allanamiento de morada.3) La dueña del establecimiento en ningún momento provoca o hace mención de provocar a cualquiera de los dos atracadores.

También cabría la exención de responsabilidad criminal de doña Carmen a través del artículo 20.1 del CP, puesto que una situación de tanta peligrosidad genera unos niveles de nerviosismo y estrés muy elevados que pueden dar lugar a un transtorno mental transitorio que...