derecho penal

Reforma art24
La aprobación en la Cámara de Diputados ha puesto en la mesa de discusión una vez más el carácter laico del Estado mexicano. Al respecto, se encuentran viejas tensiones, nuevos conflictos e incertidumbres por parte de los involucrados (y sobre lo que involucra el hecho en sí) que hace del tema un episodio polarizado y ríspido. Por un lado están quienes defienden el Estado laico yaque reconocen en él la oportunidad de inclusión de la diversidad existente en el país; por otro lado se encuentran aquellos que sin duda están en todo su derecho de exigir la libertad religiosa en todas su expresiones y sin regulación alguna.
En esta disputa se sitúan las minorías religiosas. Con seguridad, hay elementos de la reforma que los liderazgos eclesiales pueden ver con buenos ojos,como la apertura de la religión en las escuelas o la posesión de medios masivos de comunicación. No obstante, no hay que olvidar que las minorías religiosas no son solamente los liderazgos, sino los laicos que están detrás y que sufrirán en mayor medida las consecuencias de una legislación sin reflexión alguna. Del lado católico es obvio que, como señalan los especialistas, tienen frente sí laspuertas abiertas a los privilegios por los cuales han venido luchando una vez puesto en marcha el constituyente de 1917.
Por el lado de la religión mayoritaria, la católica, la reforma “le viene como anillo al dedo” porque desde el modus vivendi ha estado bajo la sombra del Estado buscando y apostando por posicionar piezas claves en el Poder Federal, situación que han logrado al ubicar a uno de lossectores más conservadores de su institución en el partido y que ahora ha gobernado por dos sexenios. Las minorías religiosas siempre han vivido al margen del Estado y de la sociedad; incluso como potenciales víctimas al pagar “los platos rotos” que emanan de los acuerdos cupulares que desentienden la pluralidad religiosa en el país. La reforma ahora en la Cámara de Senadores pone en desequilibriolas fuerzas eclesiales. Metafóricamente se pude decir que, por el lado católico es meter un gato en jaula de ratones; mientras que el de las minorías religiosas, es meter un ratón en jaula de gatos.
Históricamente las relaciones de las cúpulas sacerdotales con el Estado han encontrado cabida en las lógicas jerárquicas y han atendido así las demandas que éstas tienen; desde concesiones, tratospreferenciales, concordatos estatales, posiciones de privilegio (con y en el Estado) y mancuernas políticas. No se puede pasar por alto el gran poder que aun la iglesia católica tiene sobre millones de fieles en el país, aunque tampoco el gran desapego que están experimentando las nuevas generaciones que siguen creyendo en Dios, pero no en la iglesia.[2] La relación de la iglesia católica con elEstado es paradójica, ya que existe una versión dual al respecto:
En el México de los últimos decenios, las generaciones del momento han sido instruidas y aleccionadas en una de las dos versiones que hay sobre la historia del Estado y de la Iglesia Católica en el país: una hace hincapié en las bondades del primero y en los daños nacionales ocasionados por la segunda; la otra adoctrina en la santidadde la segunda y en lo maléfico del primero.[3]
Para mostrar lo paradójico podemos usar una analogía bíblica: ¿Qué tienen en común la justicia con la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la obscuridad? No puede haber armonía entre Cristo y Belial, ni entre un creyente y un incrédulo. Si esto es así: ¿Cuál es la lógica de ambas historias? ¿En qué momento se entrecruzan, abrazan y hacenmancuernas? Es entonces que estamos ante continuas negociaciones al respecto.
Pero qué hay de las minorías religiosas, aquellas que han estado al margen de una ciudadanía plena, aquellos que sufren intolerancia por ser los minoritarios en las comunidades más alejadas de los centros administrativos y de la impartición de justicia, a los que les nombran desde la alteridad como “aleluyas”o...