Derecho

MATRIMONIOS TIPO LAS VEGAS

Sorprende, por decir lo menos, la introducción de una exótica disposición dentro de la Ley 915 del 21 de octubre de 2004, mediante la cual se dictó el Estatuto Fronterizo para el Desarrollo Económico y Social del departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Se trata del artículo 56, que creó reglas especiales para la celebración delmatrimonio civil en ese departamento. Y no hizo nada distinto que suprimir gran parte de los rígidos requisitos formales que nuestra ley civil contempla para la celebración de los matrimonios en el resto del territorio. Con lo que parece que San Andrés, además de ser un edén turístico y un puerto libre, se convertirá también en un paraíso matrimonial.

La norma sorprende por cuanto no guarda relacióndirecta ni con el objetivo ni con el contenido del resto de la ley. La Ley 915 de 2004 “tiene por objeto la creación de las condiciones legales especiales para la promoción y el desarrollo económico y social de los habitantes del departamento (…), que les permita su supervivencia digna conforme a lo reglado por la Constitución Nacional y dentro de sus particulares condiciones geográficas,ambientales y culturales” (art. 1º). Contiene varios capítulos, uno referido al régimen de puerto libre, otros a los regímenes de producción y exportaciones, financiero, de pesca, agropecuario y turístico y, el último, a la educación. Dentro del capítulo del régimen turístico aparece este flamante artículo 56, a manera de “mico”, que indica los requisitos para celebrar matrimonio en el departamentoarchipiélago. Por supuesto, la disposición nada tiene que ver con la promoción y el desarrollo económico y social de los habitantes; pero eso sí parece abrir la posibilidad de que en un lugar de Colombia puedan celebrarse contratos matrimoniales sin tanto formalismo y con los efectos propios de todo matrimonio.

Y es que en nuestro país contraer matrimonio, especialmente segundas nupcias, a veces seconvierte en un vía crucis. El Código Civil y los Decretos 2668 de 1988 y 1556 de 1989, disposiciones que reglan la materia, establecen una serie de requisitos formales cuyo cumplimiento con frecuencia resulta extenuante. Así, por ejemplo, prevén que el extranjero que pretenda contraer matrimonio en Colombia debe presentar un certificado donde conste su estado de soltería y, regularmente, no existeen los países extranjeros –ni en el propio nuestro- autoridad que pueda certificar tal condición; con lo cual conseguir que el notario elegido para autorizar el matrimonio acepte alguna prueba de soltería diversa a la certificación se convierte en trabajo de titanes. También exigen las normas que en caso de existir hijos menores de precedente unión, deberá presentarse un inventario solemne de losbienes de los hijos, previa designación judicial de un curador; cumplir tal requisito a veces resulta, paradójicamente, más largo y engorroso que obtener un divorcio de común acuerdo, pues es necesario adelantar un proceso judicial encaminado a obtener la designación del curador y otorgar escritura pública, suscrita por el curador, en la que se consigne el inventario –así los hijos, vale aclarar,no tengan bienes-. Eso sin contar otros requisitos más proporcionados y lógicos: los registros civiles de nacimiento de los contrayentes expedidos con una antelación no superior a un mes, los documentos que acrediten la calidad de viudo o divorciado o que demuestren la nulidad del matrimonio anterior respecto de quien va a contraer nuevas nupcias, la fijación de un edicto encaminado a que sedenuncien los impedimentos que puedan existir para contraer matrimonio, etc.

Resulta que el artículo 56 de la Ley 915 de 2004 elimina gran parte de estos requisitos, si el matrimonio se celebra en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Al extranjero no se le exige certificado de soltería, pues “los extranjeros podrán contraer matrimonios (sic) con la presentación...