derecho


Veredicto final
Aunque parece que en los últimos tiempos algunas voces están intentando poner las cosas en su sitio, a Sidney Lumet no siempre se le ha tratado con justicia(expresión que casi parece una broma en el contexto de la crítica a esta película). Felizmente, no es el caso de Veredicto Final, espléndido drama judicial que suele constar en las antologías deun territorio tan abarrotado de títulos como es el cine de juicios (por ejemplo, el American Film Institute votó la película en 2008 como cuarto mejor drama judicial estadounidense detodos los tiempos). Dejando patente que la personalidad suele conjugar mal con el éxito, no cuesta ver en esta The Verdict un título en muchos sentidos complementario a El príncipe de laciudad, que Lumet había dirigido un año antes (aunque no consta de forma inmediatamente precedente en su filmografía: entre uno y otro filmes dirigió el thriller La trampa de la muerte),probablemente una de las mejores películas de su autor, y que, empero, se había saldado con fracaso. De la exuberancia de motivos y personajes en Prince of the City pasamos a laintrospección dramática; de la crónica de un desmantelamiento a nivel coyuntural (la corrupción en el cuerpo de policía neoyorquino y sus interminables ramificaciones) a la concreta anécdota deun tema judicial (por mucho que, como no podía ser de otra forma, Lumet levante acta del ambiente viciado en el que los peones de la trama se mueven). Por otra parte, las dos obrasoperan sobre un territorio de moralidad; en ellas se debaten cuestiones de ética personal y profesional, al punto que podemos hablar del relato de sendos procesos de redención, aunquecargados de sentidos disímiles en uno y otro protagonistas (aunque esas diferencias funcionen a nivel superficial y se maticen, y acerquen, en un estudio profundo de esos personajes).