derecho

Ramírez Rivas Marcos
El alma de la toga
Hay que con el equívoco concepto del abogado, merced a la cual la calidad de Abogado ha venido a ser lago tan difuso. La abogacía no es una consagración académica, sino una concreción profesional. Nuestro título profesional no es de abogado, sino de Licenciado en Derecho, que autoriza para ejercer la profesión de abogado, basta con que dedique suvida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. En el abogado, la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. El abogado es el que ejerce permanentemente la abogacía.
El hombre, cual quiera que sea su oficio, debe fiar principalmente en si, y dicha fuerza no la encontrara en ningún otro lado, al ponderar la confianza en la propiaestablezco la fe exclusiva en el poder divino, y que la fuera de todo nosotros está en la sugestiones. El abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente y cuando le asalten dudas en este asunto, debe cambiar de profesión.
Detrás de una violencia triunfante o siquiera amenazadora cambia el estado legal. Mas loque en veinte años no logra la razón ni la piedad, lo está logrando con arrollador empuje la clase obrera. El derecho no establece la realidad sino que la sirve, que lo que al abogado le importa, no es el derecho, sino conocer la vida, que tenga previsión, serenidad amplitud de mira y de sentimientos para advertirlo, será abogado. Pues que la justicia no es un fruto de un estudio, sino de unasensación. Hay en ejercicio de la profesión un instante decisivo para la conciencia del aboga do y aun para la tranquilidad pública; el de la consulta y el apoyo legal es una cosa secundaria, la ciencia de la humanidad es es la verdadera ciencia. La pugna entre la verdad y lo justo, producto vivo de la realidad como también personas de gran respetabilidad sostiene que la inteligencia es facultadsuprema a la que debe subordinarse el sentimiento. Sobre la percepción difusa, ha de estar la lucidez de la ideas definidas, objetivas, que la supremacía de la razón es un principio de conducta que pertenece a la moral. Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados se ha visto nublado, porque en nuestra sociedad capitalista lo que importa es el dinero, no lo que en realidad es justo,equitativo, bueno y prudente. Entonces lo que hacen es tergiversar las leyes a su antojo para ganar sin importarles nada más. Y es que ganar un caso no lo es todo, debemos encontrar el equilibrio de las cosas, entre brindarle nuestra ayuda al cliente sin caer en la injusticia para con los demás.
Suele sostenerse que la condición predominante de la abogacía es el ingenio. El muchacho listo es lamás común simiente del abogado, porque su mison es defender con igualdad desenfado el pro que el contra, a fuerza de agilidad mental. Si la abogacia fuera eso, no habría menester que pudiese igualarla en vileza. La abogacia no se cimenta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia. Esa es la piedra angular, que tiene caracteres adjetivos y secundarios. Un letrado acepta la defensade cuestiones que su convicción repungna.
Quien busca en los libros el aquietamiento de la conciencia, suele ir hipócritamente a cohonestar la indelicadeza para beneficio del interés.
Cuando descubrimos un aspecto moral en un problema, nos encontramos formula para él amparadora en las leyes, si no la hallamos, debemos revisar nuestro juicio anterior, porque seria muy fácil que el caso no fuesetan claro moralmente como nos lo habíamos figurado. Pero si, a pesar de todo, la antinomia subsiste, debemos resolverla en el sentido de la moral nos marque y pelear contra la ley injusta , inadecuada o arcaica.
Propugnar lo que creemos justo y vulnerar el derecho positivo es una noble obligación en el letrado, contribuye a la evolución y al mejoramiento de una deficiente situación legal....