derecho

BIENES DE MANOS MUERTAS.


1. Se da el nombre de bienes de manos muertas á los que pertenecen á entidades ó asociaciones de duración permanente ó indefinida; pero aquí no vamos á tratar sino de los que pertenecían á las entidades religiosas. Como de costumbre, nos remontaremos al origen de las cosas, para poder apreciarlas con mayor exactitud y mejor criterio.
Uno de los más antiguosmonumentos de la legislación en este particular es la ley l.ª, título 11, partida 1.ª, que se expresa así:

E aun sin estas, han otras franquezas las Eglesias; que las heredades que les fuessen dadas, o vendidas, o mandadas en testamento derechamente, maguer non fuessen apoderados de llas, ganan el señorio e el derecho, que a ellas seguia aquel que las dio, o vendio, o mando, de manera que las puedendemandar por suyas, a quien quier que las tenga: e este mismo previllejo han tambien los Monesterios, e los Ospitales, e los otros logares religiosos, que son fechos a servicio de Dios.

Se ve por esa ley que las iglesias, monasterios, hospitales y demás lugares religiosos, no sólo podían adquirir bienes de cualquiera clase, sino que gozaban del privilegio de consumar la adquisición sinnecesidad de tradición ó entrega formal, y poder reivindicarlos de tercer poseedor.
Á la vez que las antiguas leyes favorecían la adquisición de bienes, sobre todo inmuebles, para las iglesias y entidades religiosas, ponían trabas y obstáculos para su enajenación. Véase, en comprobación de ello, lo que disponían las leyes 1.ª y 2.ª título 14, partida l.ª.

Ley 1.ª ... E las cosas de la iglesia non sepueden enajenar, si no por alguna de las razones señaladamente. La primera es, por gran deuda que deuiesse la Eglesia, que non se pudiesse quitar de otra manera. La segunda, para quitar sus parrochianos de catiuerio, si non ouiessen ellos de que se quitar. La tercera, para dar de comer a pobres en tiempo de hambre. La cuarta, para fazer su Eglesia. La quinta, para comprar logar cerca della, paracrescer el Cimenterio. La sexta, por pro de su Eglesia, como si vendiesse, o cambiasse alguna cosa, que non fuesse buena, para comprar otra mejor.

Ley 2.ª - Enajenar pueden los Perlados los bienes de sus Eglesias, en alguna de las seys maneras, que son dichas en la ley ante desta. Mas esto se entiende que deue ser fecho con otorgamiento de sus Cabildos, e deuenlo fazer desta manera: que si laEglesia oniere mueble de que se cumplan las cosas sobredichas, que esto deue primero vender que la raiz; e avn del mueble, ante lo deuen fazer de las cosas que non fuessen sagradas, que de las que lo fuessen, e si acaesciesse que las cosas sagradas las ouiessen de vender, assi como calizes, cruzes, e vestimentas de qualquier manera, deuenlos vender a alguna Eglesia, queriendolas comprar, ante que aotro ome ... empero las heredades que los Emperadores, o los Reyes, O sus mujeres ouiessen dado a las Eglesias, non las pueden enajenar en ninguna manera.

Se ve, sin embargo, que sólo se daba el carácter de inalienables á las fincas que los Emperadores, los Reyes y sus mujeres hubiesen donado á las iglesias. Los demás podían venderse, sin exceptuar los vasos y los ornamentos sagrados; y lastrabas y restricciones que ponían las leyes no tenían otro objeto que el de impedir que administradores infieles y perversos pudiesen derrochar los bienes de las entidades referidas. Fijando la atención en la parte final de la ley 1.ª, se ve que en realidad podían enajenar sus bienes en todos los casos en que la enajenación fuese provechosa.
El proemio del título 18 de la partida 1.ª, expone losmotivos por los cuales debía ser protegida la Iglesia en todo sentido, y se expresa así:

... Mas de la Eglesia, que nos es madre spiritual, rescebimos buena vida en este mundo, e saluacion en el otro; e por ende la deuemos honrrar e guardar mas que a otra cosa; assi que ninguno non sea osado de fazer mal, nin fuerza en ella ... nin en las otras sus cosas ...

La ley 3.ª de ese mismo título...