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Los famosos "viene, viene", franeleros, cuidadores de coches, se han convertido en parte del mobiliario urbano del país, al apropiarse de las calles; en un principio la cooperación era voluntaria ylo que uno les pudiera dar, pero con el tiempo estos "buenos samaritanos", amantes de ayudar a los automovilistas, han aprendido del negocio y ya no piden una colaboración, ahora la exigen y no sóloeso, ya hasta tienen tarifa e incluso llegan a ganar más que un profesionista al mes.
La cultura del "viene, viene" no es nueva, por más increíble que parezca. Desde principios del siglo XX se llevabaa cabo, en aquellos tiempos se encargaban de cuidar los carruajes de los acaudalados del Porfiriato afuera de los restaurantes elegantes del Paseo de Bucareli. Aunque también esta práctica fueproducto de los automóviles que se estacionaban en las inmediaciones del Banco de México, provocando caos vial. Fue así que inició uno de los negocios informales más rentables en la actualidad.
Loscuidadores juegan con la necesidad de los automovilistas, quienes pueden dar varias vueltas antes de encontrar dónde estacionarse sin verse obligados a pagar, sin embargo, ya que lo encuentran, se dan cuentade que se alejaron demasiado del lugar al que iban y es así que se ven obligados a regresar y estacionar enfrente de la construcción a cambio de una tarifa establecida por un cuidador.
Losautomovilistas, pese a su inconformidad, acceden a pagar la tarifa por miedo a que le hagan algo a su automóvil y, así, asegurar que el coche esté intacto cuando regresen
Con los datos arrojados hasta elmomento se estima que el 11 % de los franeleros no cuenta con algún estudio ni sabe leer o escribir, si bien el 48 % cuenta con educación primaria y 40 % educación secundaria. Considerando el tiempoejerciendo dicha actividad, destaca que el 30 % tiene entre 10 y 19 dedicándose a ello, y menos de 10 años otro 20 %.Otro dato interesante, es el tiempo que tienen en el ejercicio de esta actividad:...